La Maderada de Cofrentes espera miles de espectadores en su séptima edición

Decenas de ciudadanos sobre troncos y balsas de madera río abajo y, acompañando su discurrir, miles de personas observando atentas desde la orilla. Es la gran fiesta de la Maderada, una de las actividades más vistosas y esperadas de Cofrentes que, con sólo seis años de historia, se ha convertido en una tradición envuelta de ilusión y fuerza popular.

La séptima edición se celebrará el próximo sábado, 3 de mayo, consolidándose en 2014 como un auténtico espectáculo para habituales y curiosos, sobrecogedor y emocionante, haciendo gala de la conexión entre naturaleza y hombre en un entorno inigualable. Tal ha sido su éxito y acogida. No en vano la cita se estrena este año como Fiesta de Interés Turístico Local de la Comunidad Valenciana, un distintivo que la Generalitat le concedió el pasado mes de marzo, reconociendo su relevancia.

El ritual no tiene desperdicio. Comenzará a las 9 horas, con la tradicional concentración de decenas de vecinos en la La gran fiesta de la Maderada de Cofrentes.plaza de España para ponerse en marcha hacia el Área Recreativa Cabriel. Un recorrido lleno de guiños a la historia y cultura de la localidad, acompañado de música. Tras un reponedor almuerzo y ataviados como los antiguos gancheros, los vecinos comenzará a lanzar los troncos y balsas sobre los que se montarán desafiando al equilibrio y cumpliendo con simbólico recorrido de unos 500 metros por el río ante miles de ojos expectantes desde la orilla.

La Maderada de Cofrentes es ya un atractivo turístico minuciosamente cuidado por el Consistorio del municipio en su empeño de recuperar una tradición local que data de los siglos XVIII y XIX, cuando la actividad fluvial cobró enorme importancia. «Cada año, con la llegada del otoño y la crecida de los ríos se organizaba la conducción de partidas de troncos procedentes de la serranía de Cuenca que llevaban hasta Alzira y Cullera», explican fuentes municipales.

Era la época anterior al ferrocarril y «por supuesto al transporte por carretera. Así, una parte de la madera era transportada en toda España por los principales ríos. El Júcar y el Cabriel, que se unen en Cofrentes, eran dos de las rutas para abastecer a las importantes industrias madereras de Valencia».

El personaje del maderero, también llamado ganchero, tenía una importancia crucial en este proceso. Era el encargado de guiar los troncos durante un recorrido que se prolongaba durante varios meses. «Desde las orillas, subidos en balsas o sobre los mismos troncos gobernaban el avance, algo que exigía una gran destreza», apuntan desde el Consistorio. Esta tarea convertida en profesión de gran importancia comercial para la localidad propició a muchos vecinos labrarse una gran reputación. La gran fiesta de la Maderada de Cofrentes.

Se denominaban gancheros porque su útil de trabajo era un largo palo de madera que acababa en un gancho metálico con el que manejaban los troncos. Y el transporte de madera se hizo de manera intensiva durante los siglos XVIII y XIX, «convirtiéndose en fuente de actividad económica para Cofrentes, ya que cada viaje podía durar hasta cuatro meses», matizan fuentes municipales.

El año 1885 marcó el principio del fin. La construcción de la línea férrea desde Valencia hasta Utiel propició que se habilitase a la altura de Contreras un desembarcadero para la madera. Pasó a ser transportada desde allí con carros se transportaba hasta Utiel y una vez allí en ferrocarril.

129 años después las aguas siguen recibiendo y esperando a los gancheros y los cofrentinos recuperando sus tradiciones para colocarlas donde un día estuvieron, en la cresta de la ola del desarrollo industrial.

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