Volvió a vencer Bélgica sin acabar de convencer. Un arrebato de creatividad de Eden Hazard en la recta final del encuentro maquilla un mal partido de los Diablos Rojos, que consiguen con estos tres puntos su billete a la siguiente ronda.
Ambas selecciones arrancaban la jornada con dudas respecto al debut. Ni belgas ni rusos convencieron el la primera jornada y ambos seleccionadores optaron por introducir modificaciones en el once.
Uno de los más discutidos era Igor Akinfeev. No tardó Bélgica en apretar a un guardameta con la moral baja tras su error en el gol de Corea del Sur en la jornada inicial, pero no fue más que un amago de un inicio frenético. Tuvimos que esperar hasta el minuto trece para ver la réplica de Kombarov, quien hizo trabajar a Courtois con un disparo seco abajo.
Ambos equipos gustan mucho de las transiciones y los centros del campo rivales no hacían demasiado por evitarlas. De Bruyne tiró una diagonal desde el perfil izquierdo para que Mertens estuviera a punto de encontrar a Lukaku en el área pequeña. No acababa de aparecer el delantero del Chelsea, tampoco hacía acto de presencia su compañero Hazard. Era el propio Dries Mertens, del Nápoles de Benítez, quien ponía el picante al partido. Ganó por goleada su emparejamiento con Kombarov para ser un incordio constante para la defensa rusa. Con dos disparos lejanos y un cambio de ritmo digno de ver en bucle, el ex del PSV se erigió en la gran figura del primer acto.
También desde lejos probaba Rusia a Courtois, aunque con mucho menos acierto. Los de Capello llegaban mucho más que su rival, pero no transmitían la misma sensación de peligro hasta que la tuvo Kokorin, solo dentro del área tras un gran centro de Glushakov, pero no acertó a definir.
Al contrario de lo que viene siendo habitual en este Mundial, la segunda mitad rebajó las prestaciones de un primer acto no demasiado vistoso. Bélgica continuaba exhibiendo problemas en la creación, sobre todo dada la escasa profundidad en ataque. Probablemente le perjudique haber jugado contra dos equipos reactivos como Rusia y Argelia. En ambos partidos el mal rendimiento de Lukaku fue un denominador común.
Se llegaba al minuto ochenta y Rusia no acababa de concretar una situación favorable. Eschenko tuvo la más clara del encuentro para Rusia con un buen disparo desde fuera del área que salió ligeramente desviado. Los belgas, además de no rendir en tres cuartos de campo, no acababan de defender bien. Ahí es cuando Eden Hazard hizo acto de presencia, percutiendo por la banda izquierda.
Un tiro de Mirallas al palo tras una falta al borde del área le abría la puerta al jugador franquicia de los Diablos Rojos para aprovechar los espacios que dejaba Eschenko en sus subidas al ataque. Recital de regates, de diagonales, de recursos para desbordar a una defensa encerrada. Sin embargo, el único gol del partido tuvo que llegar a la contra, con Origi cediendo para Hazard y esperando desde el punto de penalti que el 10 llegara a línea de fondo y le regalara un pase de la muerte para hinchar la red de los rusos.
Sin tiempo de reacción, Rusia se vio perdiendo un partido en el que ni mucho menos fue inferior. Bélgica pudo doblar la ventaja tras una nueva contra guiada por Hazard, pero Mirallas remató al muñeco. Al final, 1-0 en el electrónico que oculta un mal partido del cuadro dirigido por Marc Wilmots para poner a los belgas en octavos doce años más tarde. Por su parte, Rusia se la jugará en la última jornada ante Argelia.
Foto: Reuters
Ficha técnica
Bélgica. Courtois, Alderweireld, van Buyten, Kompany, Vermaelen (Verthongen 32′), Witsel, Fellaini, Mertens (Mirallas 75′), De Bruyne, Hazard, Lukaku (Origi 57′).
Rusia. Akinfeev, Kozlov (Eschenko 63′), Berezutski, Ignasevich, Kombarov, Glushakov, Faizulin, Samedov (Kerzhakov 90′), Shatov (Dzagoev 83′), Kanunnikov, Kokorin.
Goles: Origi (min. 88).
Árbitro: Felix Brych (ALE). Amonestó a Glushakov (min. 38), Witsel (min. 58), Alderweireld (min. 73)
Estadio: Maracaná (74.000 espectadores).