Desde hace algunos meses la ciudad de Valencia anda alterada por la película de este título, que protagonizará George Clooney y en la que algunas escenas se rodarán en la capital del Turia. Pero además de sonar a cine o a un festival de música veraniego, ‘Tomorrowland’ –la tierra del mañana en castellano- es el mundo de fantasía e ilusión que augura la posible llegada de Peter Lim al Valencia CF.
Y aunque no lo pareciera en la previa ni en los instantes posteriores, hubo fútbol en la capital de España, aunque de eso ya casi nadie se acordaba en cuanto el ‘deseado’ abrió la boca. La jornada del martes copero comenzó ya un día antes, con las palabras del multimillonario de Singapur avisando de sus intenciones de presentarse en el estadio rojiblanco, y presenciar en directo el partido que el club que desea comprar disputaba contra el Atlético de Madrid.
Consecuencia de tal declaración: expectación máxima en la puerta de acceso al palco de autoridades del Calderón, donde a excepción de todo el grupo de directivos valencianistas encabezados por un presidente Amadeo Salvo más huidizo que de costumbre, no hubo ni rastro de Peter Lim.
Éste entró en el vehículo particular de Jorge Mendes por el parking de los futbolistas locales, alejado de las cámaras y los micrófonos de la prensa apostada en la zona noble del campo. Lo gracioso fue descubrir que Unai Emery, ex técnico valencianista, también quiso presenciar en directo el partido y fue la sorpresa de los instantes previos.
A Lim se le acabó el anonimato en cuanto tomó asiento en el palco, justo detrás de Amadeo Salvo, y los objetivos retrataron su figura en un partido dramático para los intereses del Valencia sobre el césped, pero más que jugoso en el otro choque que se disputó a la finalización del mismo.
Allí, en el mismo parking por el que entró dos horas antes y justo detrás de la zona mixta del Calderón, pronunció su “tomorrow, tomorrow” –“mañana, mañana”- para explicar cuándo pretende acudir a la sede central de Bankia. Eso ya es hoy, pero lo dijo ayer, y con algo tan simple reflejó sin quererlo el ánimo generalizado de la afición, y porque no decirlo, de todo el club.
El sentir que en una noche de eliminación de Copa del Rey, mañana –por hoy- puede abrirse una nueva e ilusionante etapa deportiva regada con los millones de euros para fichajes de cracks, donde el portero no falle siempre y los delanteros metan algún gol. Donde el Valencia recupere la grandeza que lleva años dilapidando sobre los terrenos de juego de media Europa.
Aunque claro, siempre que haber visto de cerca a los que en breve pueden ser sus futbolistas no le haya hecho cambiar de opinión al respecto. ‘Tomorrowland’ ya es hoy, o quizá lo sea en unas semanas, o a lo mejor nunca… Lim sólo sabe que hoy, que ayer era mañana, irá a Bankia para ‘apretar’ por su oferta de compra del Valencia.