(2-1) Celta-Valencia: El ‘efecto Pizzi’ se derrumba en la segunda parte

El nuevo Valencia de Juan Antonio Pizzi encajó su primera derrota en un partido extranísimo en Balaídos ante un Celta que fue muy superior en la segunda mitad. Los valencianistas acusaron el esfuerzo del pasado martes ante el Atlético y los cuatro percances físicos que padecieron sus hombres durante el partido, especialmente en la línea defensiva. El gran gol de Parejo en el primer acto fue neutralizado por un doblete de Charles tras el descanso. Canales, que reclamaba protagonismo en los últimos días, hizo un mal partido.

El ambiente frío en Balaídos no invitaba a imaginar una tarde de fútbol brillante, y ambos equipos se encargaron de refrendar dichas sensaciones tras el pitido inicial. Mucha disputa en la medular y apenas acercamientos a ninguna de las áreas, con un dominio ligeramente favorable al cuadro visitante. Charles, demonizado tras sus errores en la definición en el Bernabéu la semana pasada, tuvo en sus botas la ocasión más clara tras plantarse ante Diego Alves, que sacó una mano salvadora para repeler su disparo a bocajarro.

Al susto le sucedieron los minutos menos lúcidos de los hombres de Pizzi desde la llegada del argentino. Un auténtico empastre sobre el césped al que, inexplicablemente, el Celta dio respuesta entrando al juego y haciendo enloquecer el ritmo del partido. Pronto el descontrol y los contragolpes en uno y otro campo se convirtieron en protagonistas. Y, en una de estas, el Valencia aprovechó su punto fuerte -la gran diferencia respecto a calidad técnica- para adelantarse en el marcador. Fue Parejo el encargado de robar, y fue Parejo el encargado de anotar con un gran testarazo entrando desde atrás una jugada preciosa en apenas un puñado de toques y que contó con Jonas, Canales y un centro exquisito de Feghouli como socios en su camino a alcanzar el premio.

El gol dejó noqueado al Celta durante el resto del primer tiempo. Algunos de sus jugadores, caso de Rafinha, no parecían guardar relación con aquellos que estuvieron a punto de dar la sorpresa ante el Madrid la semana pasada. Un disparo praso pegado al palo de Alves fue su pobre balance hasta el paso por vestuarios. Los minutos finales del primer acto languidecieron entre parones e interrupciones tras el codazo del propio hijo de Mazinho en la cadera de Mathieu, que obligó al renqueante galo a retirarse del terreno de juego. Su puesto en el centro de la zaga fue ocupado por Víctor Ruíz.

La charla de Luis Enrique durante el descanso debió surtir efecto, porque los locales salieron a por todas tras la reanudación. Apenas tardaron un par de minutos en encontrar un apetitoso botín en el corazón del área, cortesía de un error imperdonable en la marca de Ricardo Costa. Una diagonal de Rafinha fue rematada con un centro combado y preciso al área pequeña ante el que el central luso no supo reaccionar a tiempo. Charles, con la caña preparada, sólo tuvo que controlar el balón y definir ante Alves. El cruce de reproches entre portero y defensa fueron aclaratorios respecto a los ánimos dentro del conjunto valencianista. Tras su ‘rajada’ hacia la falta de exigencia de Djukic hace unos días, no parecía la ocasión más propicia para que el capitán cometiese un error de ese calibre.

El partido se enrareció, y endureció, tras el tanto del empate. El Celta se empleó todo lo a fondo que el reglamento y que el colegiado le permitieron. Y el Valencia, en lugar de igualar la intensidad, se fue haciendo pequeño conforme caían los minutos y sus hombres a tierra. Ricardo Costa jugó lesionado casi toda la segunda parte; Feghouli se hizo mucho daño en su rodilla en un choque con un defensor, y Víctor Ruíz padecío un ‘hachazo’ en el tobillo que le dejó muy lastrado durante el resto del partido. Durante unos minutos, apenas se jugó a fútbol y el cuerpo médico del Valencia, con el doctor Albors a la cabeza, se afanó en parchear el maltrecho físico de sus hombres.

Con el Valencia desaparecido, el Celta se afanó en culminar la remontada. Y de nuevo, Charles se puso el disfraz de verdugo. Su cañonazo desde la frontal fue imparable para un desesperado Diego Alves. Con el partido roto, el recién ingresado Nolito la ‘rompió’ contra la escuadra valencianista. Los visitantes, sin apenas fuerzas y con la mala fortuna de haber realizado ya todos los cambios -dos de ellos, los de Mathieu y Costa, por lesión-, lo intentó con timidez.

Todavía quedaban minutos cuando Sergio Canales dispuso, en sus botas, del balón que pudo dar un punto de oro al Valencia en Balaídos. El cántabro, en el centro de las miras de los aficionados tras desvelarse que quiere pedir al club más protagonismo o bien una cesión a otro equipo, no tuvo una buena tarde sobre el césped de Vigo. Pudo enmendarla con un remate franco, con el portero batido y a escasos instantes del final. El Celta, al que Luis Enrique no tiene previsto enseñar a especular nunca, buscaba con insistencia el tercer gol y fue ‘cazado’ en un contragolpe de manual. Canales sólo tenía que finalizarlo. Su golpe, con pierna derecha, se perdió en el cielo gallego. Derrota merecida y extraña como pocas. El Valencia de Pizzi tiene mucha faena por delante.

Ficha técnica

Celta de Vigo. Yoel; Hugo Mallo, Cabral, Fontàs, Jonny; Augusto (Nolito 70′), Oubiña, Álex López (Krohn-Delhi 70′); Rafinha, Charles (Mina 79′) y Orellana

Valencia CF. Diego Alves, Joao, Ricardo Costa (Bernat 75′), Mathieu (Víctor Ruíz 38′), Guardado; Oriol, Parejo (Javi Fuego 63′), Canales; Feghouli, Jonas, Piatti.

Goles

0-1 Parejo (min. 22); 1-1 Charles min. 49; 2-1 Charles (min. 77)

Árbitro: González González (Colegio Castellano-Leonés). Mostró amarilla a Guardado (min. 43).

Incidencias: Partido de la decimonovena jornada de la liga BBVA disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 20.007 espectadores, según anunció el club gallego. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de José María Maguregui, ex entrenador celeste, y Jaime Arbones, ex presidente del club gallego, fallecidos recientemente.

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