50 sombras de Albelda

A menudo me preguntan quién es para mí el mejor fichaje del Valencia esta temporada y siempre, con un gesto de contrariedad en la cara porque ninguno me acaba de apasionar todavía, contesto que sin duda es Javi Fuego. No me quedo ahí, inmediatamente después añado la siguiente frase: “… pero yo sigo echando mucho de menos a David Albelda en el campo”.

La afirmación es paradójica y, si se quiere, contradictoria a más no poder. Pero es que lo siento así. David Albelda ha sido tan grande, futbolísticamente hablando, que su sombra más que una y alargada parece multiplicarse hasta cincuenta. Estoy convencido de que dentro de quince, veinte o treinta años, los abuelos de entonces hablaremos de él como a nosotros nos han contado las gestas de Mundo, Puchades, Pasieguito o Claramunt.

Por eso, por su impacto en la historia del club, me parece especialmente triste que en la actualidad el nombre de Albelda sirva para enfrentar y no para unir en torno a su figura. Que salió del club por la puerta de atrás es una evidencia pero buscar culpables ahora me parece absurdo, casi tanto como que el día que recibe la Medalla de Oro de la Generalitat, la pregunta que más le formularon fuera acerca de para cuándo iba a hacerle el Valencia un homenaje.

Realmente se me escapan muchos detalles de ese enfrentamiento. No sé si el club no ha sabido, no ha podido o no ha estado a la altura. No sé tampoco si a Albelda le ha cegado el orgullo, le ha alentado la dignidad o simplemente le ha podido la cabezonería. El caso es que, hace casi medio año que el mejor mediocentro en la historia reciente del Valencia colgó las botas y, lejos de convertirse en un estandarte de la entidad, se ha convertido en un asunto oscuro, agrio y que deja mal sabor de boca en las entretelas del club cuando lo comentas.

Amadeo Salvo y su equipo, tan brillantes a la hora de cuidar detalles que engrandecen el club, deben estar a la altura también en este caso y quitar de encima este desasosiego a los valencianistas cuanto antes. Oportunidades van a tener, aunque ya hayan dejado escapar alguna. Que no las desaprovechen. Escribí hace tiempo que Albelda no fuera otro caso Baraja. Tristemente pasan las semanas y el merecido homenaje para el de La Pobla no parece llegar nunca. Ojalá se imponga el sentido común de una vez por todas y conviertan este asunto que empieza a oler a podrido en un motivo de fiesta y celebración para el valencianismo, que falta hace.

 

David Torres (@DavidNOURadio)

Periodista NOU Radio

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