(69-64) Valencia Basket-Rio Natura Monbus: Incluso con la pólvora mojada

El Valencia Basket suma y sigue. Da igual que no tenga el día en ataque o que esté pensando en otros compromisos más importantes, este equipo gana por inercia. Esta vez cayó un peleón Rio Natura Monbus en un choque trabado que no pasará a la historia, pero que sirve para consolidar la segunda plaza justo antes de recibir al Nizhny en la ida de las semifinales de la Eurocup (69-64).  El único que sobresalió por encima del resto fue un Rafa Martínez que decidió el encuentro con un arreón en el último cuarto que a la postre fue decisivo.

Se esperaba a un Valencia Basket con un ojo pendiente del partido del martes, pero el Obradoiro no lo aprovechó de inicio. A pesar de que la intensidad defensiva no era desbordante, Rafa Martínez dominaba el tempo del partido desde el ataque y Moncho Fernández mostraba su disgusto por errores puntuales que costaban a su equipo puntos vitales si quieres dar la campanada en la fortaleza de La Fonteta (6-2, min. 2).

Y es que si dejas a este equipo anotar con facilidad a medio gas da miedo. Da miedo porque en cualquier momento es capaz de borrarte de la pista para despedirte del choque (12-7, min. 5). Sin embargo, los puntos de Ben Dewar y Mario Delas sostenían a los visitantes a la espera de algo de acierto desde 6,75, la única faceta preocupante de los valencianos en la primera mitad.

Precisamente, ese cúmulo de errores desde la larga distancia (0/7 en triples durante el primer cuarto) empezaba a hacer mella en los de Perasovic (12-13, min. 7). El cuadro gallego pronto se dio cuenta de ello y empezó a cerrarse entorno a su canasta, dificultando el ataque ‘taronja’. Los locales no encontraban tiros cómodos, agotaban cada una de sus posesiones y ni siquiera la entrada de Lafayette cambió la dinámica (18-19, min. 10).

El técnico croata ponía sus brazos en jarra: si el problema era ofensivo, la intensidad en defensa también bajó un peldaño y un rebote ofensivo más canasta de Berzins dio la máxima al conjunto gallego (19-25, min. 12). La entrada a pista de Juanjo Triguero junto a la agresividad de Pau Ribas devolvió la estabilidad al equipo, pero todavía faltaba por solucionar el colapso ofensivo (25-30, min. 15).

No había manera. Los jugadores reaccionaban siempre un segundo tarde, lo suficiente como para que te pinte la cara cualquier equipo de la Liga Endesa por mucho que el nivel de la competición haya caído en picado. La solución a la ecuación llegó a través de la figura de Van Rossom: un triple suyo rompió el hielo y dio un poco más de alegría al conjunto valenciano, que en un abrir y cerrar de ojos neutralizó la desventaja (29-30, min. 17).

Además, el bonus se convirtió en un buen aliado. Normalmente las faltas demuestran la agresividad en cancha y la cifra era elocuente al descanso: el Valencia Basket apenas había cometido siete faltas, por 15 del Obradoiro (especialmente sangrantes eran las cuatro de Delas). Sin hacer nada del otro mundo, el marcador al descanso reflejaba un empate que no hacía justicia a lo ocurrido en la cancha (36-36, min. 20).

También era cierto que todo el pabellón pensaba que el muro obradoirista iba a caer en pocos minutos. Como una paradoja sin sentido, de poco servía que las piernas del rival empezaran a flaquear si el espíritu aguerrido de los santiagueses se elevaba por encima de la desidia ‘taronja’. Dos puntos en cinco minutos era un bagaje inaceptable para Perasovic (38-45, min. 24).

Tiempo muerto y basta de bromas. El Valencia Basket dio un extra de velocidad a su ataque que Mocho Fernández no supo ver esta vez. Doellman se colgó dos veces del aro mientras que Van Rossom la volvía a clavar de lejos para igualar el marcador (45-45, min. 26). Si tu me haces un 7-0 de parcial en cuatro minutos, yo te lo devuelvo en 90 segundos, así de fácil.

De nuevo, tiempo muerto. Esta vez de Moncho. Vuelta a la normalidad. A no meter ni una. Menos mal que Rafa Martínez, desde siete metros sobre la bocina y casi sin tiempo para equilibrarse la metió. Alivio. En el otro lado, como leyeron ustedes antes, el Obra estaba muerto. De físico, que no de espíritu, aunque ellos tampoco veían el aro como una piscina precisamente (48-48, min. 30).

Dubljevic se unió al capitán para recibir el último cuarto con otro triple. El acierto se multiplicó en el bando local y se dividió en el visitante. Adiós y muy buenas, porque si Corbacho no encuentra espacios a ver quien es el listo que asume la responsabilidad visitante (58-52, min. 33). Simplemente, muy pocos equipos pueden soportar al Valencia Basket incluso con la pólvora mojada (61-52, min. 34).

Martínez había dado un paso al frente… pero casi le partieron la cara en un lance que enturbió el despertar valenciano. Si el capitán abrió una brecha en el electrónico, ahora se la habían abierto a él en la ceja (61-60, min. 36). Vuelta a las andadas, pero esta vez la cosa sí que iba en serio. Lo de antes no servía de nada (63-62, min. min. 37).

¿Quién iba a ganar? El menos malo. O el que metiera una, que es lo mismo. Sato logró dicha canasta, Delas le respondió. Último minuto con Rafa de vuelta (65-64, min. 39). Corbacho se quedó un metro corto en dos triples consecutivos y Dubljevic le bailó al pívot croata para certificar una victoria que no pasará a la historia, pero sí a la clasificación… que es lo que importa (69-64, min. 40).

FICHA TÉCNICA

69 – Valencia Basket (18+18+12+21): Van Rossom (9), Rafa Martínez (14), Sato (13), Doellman (8), Triguero (8) -cinco titular- Ribas (4), Lucic (1), Dubljevic (7), Lafayette (-), Lavrinovic (2) y Aguilar (3).

64 – Rio Natura Monbus (19+17+12+16): Xanthopoulos (-), Corbacho (13), Dewar (8), Delas (10), Peterson (8) -cinco titular- Pumprla (3), Berzins (8), Homs (2) y Freire (12).

Árbitros: Bultó, Guirao y Rial. Eliminaron por faltas personales al visitante Berzins (minuto 36).

Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 25 de la Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 8.300 espectadores.

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