(76-77) Barcelona-Real Madrid: Llull da la Copa al Real Madrid en la última décima

Sergio Llull regaló al baloncesto uno de esos momentos mágicos que solo puede salir de este deporte. Una canasta suya a seis metros en el último segundo dio al Real Madrid su vigesimocuarta Copa del Rey ante un Barça que quedó al borde de la remontada. El dos más uno de Oleson parecía coronar a los azulgranas como rey de copas hasta que apareció la casta del balear para desatar la euforia blanca (76-77).

El MVP de la final fue para Nikola Mirotic con 17 puntos, 11 rebotes y 32 de valoración. Una actuación colosal digna de la final, que regaló una dosis de espectáculo necesaria para una Copa del Rey un tanto descafeinada. El montenegrino apareció en los momentos clave para maniatar a los de Xavi Pascual, que tuvieron en sus manos el partido.

Los títulos se ganan a partir de la defensa. Con esa mentalidad salieron los dos conjuntos y solo las estrellas pudieron desatascar el fuerte desempeño atrás (2-5, min. 3). En el cuadro blanco aparecieron, como casi siempre ocurre, Rudy y Mirotic, mientras que por los azulgranas brillaron de inicio Erazem Lorbek y Ante Tomic. El croata, extramotivado, sacó del encuentro a Rudy Fernández con dos faltas personales (10-10, min. 6).

Si alguien se beneficiaba del ritmo del encuentro era el Barça. Cansino, de poco acierto, con control de cada posesión. El sueño húmedo de Xavi Pascual. En esa batalla de trincheras, Papanikolaou disfrutaba cada acción y que el Real Madrid llegase un punto por detrás al final del primer cuarto no era mejor noticia para los azulgrana que el hecho de que su rival solo llevara 16 puntos (17-16, min. 10).

La entrada de Sergio Rodríguez debía cambiar por completo esa dinámica. Sin embargo, para contrarrestarle también ingresaba a la pista Víctor Sada. Ambos se anularon y quien tuvo un impacto real fue Brad Oleson atacando al base canario en su defensa (21-22, min. 13). La otra alternativa de Laso, colocar a tres bajitos como línea exterior, tampoco descongestionó el atasco madridista (25-22, min. 24).

Y es que la gran cantidad de balones perdidos (nueve los merengues, uno los culés) impedía que la magia mostrada todo el año se plasmase cuando más importaba. Nadie era capaz de romper el encuentro: ni los chispazos de Abrines, ni los tiros libres del Real Madrid (36-36, min. 18). A pesar de que Navarro no era factor (un punto al descanso), el alero balear, todavía odiado por Málaga, permitía llegar al Barça con una renta exigua al descanso (42-38, min. 20).

Los dos primeros minutos de la segunda parte sí que mostraron a un Madrid más diferente al de hoy y más parecido a lo que nos ha tenido acostumbrados (44-46, min. 22). La irrupción de Rudy Fernández con dos triples del tirón despertó del letargo a la defensa blanca, que ahora sí disfrutaba en la pista (47-51, min. 24).

La primera crisis catalana la salvó Marcelinho Huertas gracias a ocho puntos consecutivos (55-55, min. 28). El duelo de pistoleros entre el brasileño y Dontaye Draper se enturbió por conato de tangana entre Tomic y Slaughter. La Copa estaba a 10 minutos y ambos la querían con locura  (59-60, min. 30).

El control de juego del brasileño empezó a decantar el encuentro a favor del Barça. Sin embargo,  que Xavi Pascual lo sentara dos minutos reenganchó a su rival al igual que los pésimos porcentajes desde el tiro libre (62-64, min. 34). Para cuando regresó, la iniciativa volvía a ser del Real Madrid aunque Carroll se retirara lesionado (64-66, min. 34).

Por su parte, Navarro no iba aparecer: el genial escolta falló un triple librado y dos tiros libres que no acostumbra a perdonar. Quien sí lo hizo fue Mirotic con varias acciones defensivas de mérito y un triple que hizo al Madrid alejarse en el marcador (64-68, min. 36). Sin embargo, una polémica falta en ataque señalada a Felipe Reyes y un balón perdido en la presión blaugrana apretó el marcador (73-75, min. 39).

Ahí apareció Oleson con un dos más uno…pero también Sergio Llull. El de Mahón consiguió su rincón en el olimpo con una canasta épica a falta de una décima (76-77, min. 40). Como Nacho Solózabal en su día, pero con papeles invertidos (76-77, min. 40). Historia viva.

Ir arriba