(89-81) Barcelona-Valencia Basket: A veces sí que es como se empieza

A veces sí que es como se empieza. El Valencia Basket no pudo superar el peor arranque de la historia de la Copa del Rey  y se quedó sin el sueño de disputar la final en Málaga, que volverá a reeditar un enfrentamiento entre el Real Madrid y el FC Barcelona. El conjunto azulgrana tomó nota del ensayo de la semana pasada y no se dejó sorprender esta vez por el carácter peleón de los valencianos, que jamás arrojaron la toalla y cayeron con el orgullo intacto.

El inicio marcó el choque se mire por donde se mire. La antítesis de lo que quería Perasovic se plasmó en un comienzo de pesadilla. Tres triples consecutivos de Navarro obligaron al croata a solicitar el primer receso del encuentro tras apenas 178 segundos (9-0, min. 2). Irónicamente, una bomba de Pau Ribas, que entró en lugar de Martínez tras el tiempo muerto, dio los primeros puntos e insufló algo de carácter a los suyos.

El problema radicaba en que el Barça corría sin problemas y la intensidad defensiva ‘taronja’ era nula (16-4, min. 4). Kostas Papanikolaou tomaba el relevo de Navarro con siete puntos y además obligaba a Sato a sentarse en el banquillo con dos faltas personales. Incapaces de forzar una simple falta hasta el minuto siete, el choque amenazaba con romperse ante semejante empanada (21-7, min. 7).

El 31-9 del primer cuarto (la mayor diferencia en la historia de la Copa) dolía a la vista, pero también en el orgullo de los jugadores. Dos triples de Martínez y de Barton se mezclaban con la clase de Nachbar, experto en cuajar sus mejores encuentros ante la escuadra valenciana (33-15, min. 13). Anestesiados por el cansancio del encuentro ante el Laboral Kutxa, solo la línea de tres permitía mantener la fe y conseguir algo de fluidez ofensiva (41-18, min. 15).

Con una media de un triple cada dos minutos, el acierto Barça tampoco daba opción a mucho (43-26, min. 17). Aferrándose a otro milagro, un pequeño parcial liderado por Justin Doellman invitó al Martín Carpena a ofrecer algo de energía al Valencia Basket (44-33, min. 19). No parecía tan lejana la diferencia, pero el bonus penalizó el esfuerzo ‘taronja’ antes del descanso y los catalanes se aprovecharon desde la línea de tiros libres (48-33, min. 20).

La crónica del encuentro de cuartos rezaba en su titular que «remontando sabe mucho mejor». Una vez más había que recurrir a la épica. Pero esta vez iba a costar mucho más porque el Barça ya estaba alertado sobre lo que podía pasar (53-36, min. 22). Sam Van Rossom, apagado en los últimos partidos, se encendió con siete puntos consecutivos aunque los azulgranas no se pusieron nerviosos en ningún momento (59-43, min. 26).

Había que prender la mecha… pero no había continuidad. Y eso que Xavi Pascual no encontraba la tecla para romper definitivamente el encuentro. La solución fue inesperada. Jacob Pullen, el defenestrado director de juego americano apareció con un triple sobre la bocina del tercer cuarto que cayó como un jarro de agua fría (64-48, min. 30).

Lo mismo ocurrió con un 2+1 de Erazem Lorbek tras un robo con mate de Sato y un triple de Lafayette. Faltaba algo más que un tirón y no parecía que el Valencia Basket fuera a dar el golpe en la mesa soñado por todos (72-61, min. 35). Desde luego, tampoco iba a arrojar la toalla tan fácilmente  y el empeño que los de Perasovic pusieron en el imposible de la remontada fue digno de mención.

En concreto un Romain Sato que lo intentó hasta la extenuación (83-77, min. 39). El alero centroafricano acabó con 21 puntos y  dio una lección de amor propio que lamentablemente no pasará a la historia de la competición, pero que fue reconocido por todo el Martín Carpena al igual que el coraje  de este equipo. No habrá segunda Copa del Rey este año (89-81, min. 40).

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