A Ángel Dealbert (Benlloch, 1983) todavía se le recuerda con mucho cariño en la capital del Turia. Se pudo comprobar a la salida del entrenamiento previo que realizó el Kuban Krasnodar en el renovado Mestalla. A las puertas varios aficionados en busca de la foto, autógrafo y gesto cómplice de un futbolista que conoce perfectamente el delicado contexto a todos los niveles en el que se mueve hoy en día su querido Valencia CF. Es tan consciente que no duda en echar la vista atrás para recordarle al valencianismo que, no hace demasiado, se quejaban del juego siendo terceros y participando en la Champions League.
Vuelve usted a Valencia y al estadio de Mestalla, ese en el que jugó durante tres temporadas y que hoy se ha encontrado renovado de arriba a abajo.
Así es. La imagen del estadio por dentro ahora es totalmente diferente, de entrada parece como si lo hubiesen hecho nuevo. La verdad es que estaba con muchas ganas de volver a Mestalla para poder enfrentarme a mi ex equipo.
¿Qué sintió cuando el sorteo deparó que el Kuban Krasnodar quedaba encuadrado en el mismo grupo que los de Djukic?
Como puedes imaginar me puse muy contento, recibiendo muchas llamadas de familiares, amigos y ex compañeros. Pero tengo que confesar que en los instantes previos pensé que había una opción muy grande de que nos tocaran, así que estoy muy feliz porque el bombo deparara el Valencia contra el Kuban Krasnodar.
Pero el azar ha querido que usted y su equipo aterricen en la ciudad un día después de la movida Junta General de Accionistas del Valencia, además para jugar un partido que al Valencia no le aporta ningún incentivo deportivo antes de la complicadísima visita al Vicente Calderón.
Ahora mismo ambos equipos estamos totalmente en polos opuestos, ellos están clasificados y pueden plantear un partido como quieran. Eso sí, en Mestalla y delante de sus aficionados no pueden salir y hacer un mal partido, además contra un rival como el Kuban donde la gente va a exigir que nos tienen que ganar. Nosotros tenemos una mínima opción de clasificarnos, y aunque juegue quien juegue el Valencia es un gran equipo y en casa es favorito, vamos a intentar aprovechar nuestras oportunidades que seguro que las vamos a tener.
Cuanto se ha empobrecido deportiva e institucionalmente el club desde que usted se marchó, hace ya año y medio, después de vivir la etapa de Unai Emery donde la afición criticaba al equipo pese a jugar Champions League cada temporada.
En aquel entonces la gente se quejaba del entrenador y los jugadores porque quería jugar mejor, pero lo único cierto es que el equipo acabó tres años seguidos en tercera posición. Ahora se echa de menos todo eso, jugar la Champions y además viendo que el Atlético está muy fuerte. Han pasado muchas cosas extradeportivas y es complicado, el Valencia tiene muy buena plantilla y para mí tendría que ser el cuarto mejor equipo de España detrás de Real Madrid, Barcelona y Atlético. Yo pensaba y deseaba que la cuarta plaza de esta temporada pudiera ser del Valencia CF.
¿Cómo lo vive un ex valencianista desde la distancia, en su caso desde la lejana y fría Rusia?
Bueno, lo vivo por internet, con la familia que me habla y que sufre con la situación. Lo viven muy de cerca porque van al estadio y es normal que sufran, el Valencia lleva muchos años así y todos deseamos que se arregle lo extradeportivo. Es complicado, porque desde fuera pasan tantas cosas que no las puedes asimilar bien.
Bastante tiene usted con seguir aclimatándose a su nuevo hogar y a un Kuban Krasnodar que no está realizando una buena campaña hasta la fecha. ¿Es feliz allí, piensa volver pronto para jugar de nuevo en España?
Estoy muy contento, el año pasado llegué allí y conseguimos el objetivo de clasificarnos para Europa. Este año no vamos bien en liga porque nos hemos centrado demasiado en la competición europea, y no somos el Valencia con una plantilla hecha como para jugar domingo y miércoles. Aún así considero que estamos creciendo mucho en Rusia y repito que estoy muy contento.
Y para acabar me gustaría preguntarle por el equipo de su tierra, donde se formó como futbolista. Un Castellón que atraviesa graves problemas económicos, hundido en el pozo de la Tercera División…
El Castellón lo ha sido todo para mí, me dio la oportunidad de llegar a un equipo grande como el Valencia y allí viví toda mi carrera deportiva hasta los 25 años. Recuerdo cada día las emociones de intentar subir a Primera con el Castellón, y no puedo esconder que cuando uno se va y ve lo que está pasando allí se le cae el alma al suelo. Uno solo desea que llegue un día que se arregle el tema y se tranquilice todo.