Atraco para tres, caraduras por doquier

¡La cantidad de tinta que se habrá vertido para dar luz a la injusticia y desfachatez que caracteriza la Liga de Fútbol Profesional! Una pantomima diseñada para dos pero que, con el fin de acallar y silenciar las críticas, se va dilatando para ‘acoger’ a un tercero en discordia. Píntalo de verde, azul o fucsia. Esto es un despropósito y una mentira más grande que la deuda de los dos ‘grandes’ de esta competición adulterada y grotesca. Pero un poco más pequeña que la del esférico ‘bañado’ en oro.

La cantinela de que el oficio arbitral es complejo lo tengo más mascado que un chicle. Resulta que los árbitros pitan a favor de uno y, en consiguiente, en contra de otro y además de manera deliberada. Cuéntamelo como quieras; véndeme la burra. Yo seguiré pensando igual. Caraduras.

Un fuera de juego por aquí. Una tarjeta amarilla perdonada al rival por allá. Un equipo que encadena una dinámica jugando partidos ante 10. Un fuera de juego inexistente. Un gol mal anulado. Un penalti que no fue. Un córner que venía precedido de una acción ilegal. En definitiva, el libro de estilo que el Comité Técnico de Árbitros pasa a los señores que van de negro en los partidos.

Y todo esto viene porque, de primeras, el Valencia CF se quedó, entre otras razones, fuera de UEFA Champions League por la enorme actuación de Clos Gómez. Ya tenía la carrera; le faltaba el máster en mangonearía. Y el martes Estrada Fernández hizo lo mismo: declara córner en una acción en que el jugador del Atlético que remata vuelve a su posición porque ve claro que el balón va fuera y no toca el portero y donde el linier decreta saque de puerta. Pero el Atlético ya es un grande. Y, por ende, es obligatorio pitarle a favor. Así camuflamos un poquito lo del duopolio Barça-Madrid.

El Valencia fue por momentos en la eliminatoria muy superior al equipo de Simeone. Sobre todo en el partido de ida, donde mereció algo más que ese 1-1. En la vuelta en el Calderón el equipo de Mestalla salió algo especulativo y se dejó llevar por el planteamiento local. Con lo que no contaba Pizzi era con el nuevo error de Guaita -¿dónde estás, Vicente?- y con el clamoroso atraco de Estrada. Juan Antonio, querido, bienvenido a la Liga Española. Y a España en general.

Como comentaba anteriormente, Tebas y su cuadrilla de incompetentes han sumado a la tiranía preparada e intencionada de dos al Atlético de Madrid. No pongo en duda en ningún momento que los rojiblancos no estén donde están por méritos propios porque su intensidad y el coraje con el que juegan son bárbaros. Pero ayudar, le ayudan. ¡Ni siquiera vieron amarillas en la vuelta de Copa! Que Gabi le deja los tacos en la espinilla a un jugador blanquinegro y el árbitro pasa de largo. ¡A Parejo le expulsan por doble amarilla, por protestar y por darle un balonazo a una valla!

Lo que tiene que hacer el Valencia es dejar de lado la paparruchada del Gloval Respect, porque así sólo consigue que le tomen todavía más el pelo. Y ahora es tiempo para centrarse en la Liga porque, ya lo dice Pizzi, hay cosas más importantes que mirar a cuántos puntos está el Valencia CF de Europa. Está claro que la plantilla es la que es. Pero hay que dar, como poco, la cara y todo lo que esté a tu alcance porque solo por enfundarte la camiseta blanquinegra se te exige eso.

Lo dicho. Atraco en el Calderón que, aparte de las actuaciones de Courtois y Guaita, te elimina a la postre de la Copa del Rey. Atraco en el Sánchez-Pizjuán que te aleja de la máxima competición continental. Atraco convertido en norma el del Bernabéu y Mestalla cuando juegas con los merengues. Vale ya.

 

Alberto Gómez (@Alberto_Gomez9)

 

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