Crédito agotado

La salida de Djukic estaba más que cantada. Pocas veces se ha registrado tanta unanimidad ante una decisión tan drástica. Lo más curioso es que el serbio accedió al cargo de igual forma; con un respaldo incondicional de público y crítica, no hubo por entonces voces disonantes, más bien todo lo contrario.

Las cosas como son: nadie puso el más mínimo reparo a su contratación. Ese generoso crédito popular y mediático que avaló el fichaje se ha dilapidado de forma vertiginosa. No hay defensa posible ante la contundencia de los hechos: Miroslav Djukic no ha sido capaz de darle una personalidad a un equipo que ha mostrado síntomas evidentes de desorientación. La clasificación delata la gravedad del problema.

Hay demasiados paralelismos con el precedente protagonizado por Mauricio Pellegrino; ambos son coetáneos, compañeros de plantilla y miembros ilustres de un pasado glorioso, y para mayor coincidencia, los dos han cesado en el cargo poco antes de la navidad. Sus registros son muy parecidos. La estela de indefinición, la ausencia de prestaciones caracterizaron sendos proyectos. Con el argentino, al menos, el Valencia protagonizó un par de encuentros muy estimables como local: victoria por 2-0 ante el Atlético de Madrid y un dignísimo empate ante el Bayern de Munich en la Champions, pese a jugar con inferioridad numérica. Lo mejor de la etapa Djukic fue el triunfo ante el Sevilla.

Otro aspecto que llama la atención es la falta de rechazo que tanto uno como el otro han suscitado en la grada. La afición ha desviado el objetivo de sus protestas, que tampoco han sido tantas, hacia el palco durante el ejercicio anterior y hacia la plantilla durante el presente. Apenas ha habido muestras de disconformidad hacia unos técnicos a los que todavía se les quiere por su etapa de jugadores, aún se les ve como si fueran a jugar un partido. Protegidos por ese escudo afectivo, su vida en el banquillo de Mestalla ha sido breve pero plácida, otros técnicos sufrieron mayor presión del público pese a que el espectáculo ofrecido ha estado bajo mínimos.

En la lista de candidatos a sustituir a Djukic aparece, de nuevo, otro ex –jugador como el mejor colocado. El hispano-argentino Juan Antonio Pizzi , cuya etapa como delantero se saldó con más pena que gloria y que no mantiene ningún vínculo sentimental con la hinchada, lo cual casi es más una ventaja que un inconveniente, se antoja como el principal favorito. Y mientras se suceden estos movimientos y se crea sobre la marcha una nueva estructura técnica en el club, aumenta la intensidad de los rumores en torno a una ejecución de la venta del Valencia por designio de Bankia. Nos esperan unas navidades movidas.

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