Los que le conocen, aquellos que han trabajado codo con codo con él en los últimos tiempos, destacan el fuerte carácter que mantiene de sus tiempos de futbolista, así como unas enormes ganas de aprender y evolucionar lo más rápido posible en su joven carrera como entrenador.
Y es precisamente su gran personalidad la que le ha llevado a aceptar, casi suplicar, el puesto que ha dejado vacante Nico Estévez en el banquillo del Valencia Mestalla. Aprovechando la renuncia del ‘Pipo’ Baraja, quien no deseaba separarse de sus juveniles a estas alturas de temporada, poniéndole en bandeja la elección a un Rufete que era partidario de elegir para el cargo a alguien que asumiese con ilusión y sin reservas el reto de salvar al segundo equipo del club.
Sin ningún temor ante la cercanía de los puestos de descenso a Tercera División, dispuesto a demostrarse a sí mismo que todas las horas que ha pasado en las reuniones diarias que realiza para todos sus técnicos la Academia Gloval le han preparado para este momento. Su mayor reto desde que colgó las botas y asumió la tarea de liderar a un vestuario.
DE LOS FIASCOS EN LA SUB 16 VALENCIANA Y CRACKS AL RECONOCIMIENTO DE SU LABOR EN EL CADETE A
Sus primeros pasos en los banquillos los dio con la selección sub 16 de la Comunitat Valenciana, pero tras un año y medio de pobres resultados se marchó a mitad de temporada. Era enero del 2013, aunque no tardó demasiado en encontrar acomodo en un conjunto histórico de cantera en Valencia como es el Cracks.
Allí se hizo cargo de un Cadete que deambulaba por los últimos puestos de la clasificación, y aunque logró sacarlo y llegar con opciones de salvación a la última jornada, acabó perdiendo por goleada en Elche y viendo como fracasaba su segundo proyecto como técnico de chavales.
Todo esto no echó para atrás a Rufete cuando éste fue nombrado responsable de la Academia Gloval del Valencia CF el pasado verano, confiando en el que fuera compañero suyo durante los mejores años del club para ponerlo al frente del Cadete A.
Y a día de hoy, Curro Torres puede decir con orgullo que sus chicos están peleando con el Elche el título de la categoría realizando un fútbol alabado por el resto de equipos. Un bloque que posee el sello de un hombre pasional en la banda, que vive cada minuto del partido y que siempre intenta inculcar a los suyos el buen trato de la pelota.
POCAS PALABRAS EN SU ESTRENO Y MÁXIMA ATENCIÓN A LA CIRCULACIÓN DEL BALÓN
El lateral que fuera mundialista en 2002 ha entrado sin hacer mucho ruido en el Valencia Mestalla junto a su segundo Soto, dejando a un lado los discursos iniciales y orientando sus primeras horas al trabajo sobre el césped para comenzar a preparar el partido del próximo domingo contra Huracán Valencia.
Con la presencia y seriedad que le caracterizan, tratando de liderar desde la banda a un grupo de futbolistas que hace más de dos meses que no logra un triunfo. Para salir de ahí, máxima atención a la circulación de balón y a los pequeños detalles, porque si algo tiene este Curro Torres -al que algunos califican como un ‘enfermo’ de su profesión– es la firme intención de que su equipo mande desde el minuto uno de partido.
Contando con el máximo esfuerzo de aquellos jugadores que no tenían oportunidades con Nico Estévez, beneficiándose de la motivación que cualquier cambio insufla a un vestuario deseoso de demostrar su valía al recién llegado. Eso han buscado desde la dirección deportiva y con esto creen que puede alcanzar para evitar el ‘infierno’ de la Tercera División.
EL RETO QUE TIENE POR DELANTE
Sacar al filial del puesto de playoff de descenso que ocupa actualmente, que no es poco. Los canteranos están a un sólo punto de la salvación que ocupa el Sant Andreu, pero con sólo dos de colchón respecto al Levante B, el equipo que marca el límite del abismo.
Cinco jornadas por delante, tres de ellas en casa que se convierten en la auténtica clave para la permanencia y dos lejos del Estadi Antonio Puchades. Huracán Valencia, Prat y el mencionado Sant Andreu visitarán Paterna en las próximas fechas, mientras que tocará viajar a Lleida y al campo del Espanyol B.
Un calendario nada sencillo y que echaría atrás a más de uno, pero no a un Curro Torres que ha obviado las malas sensaciones que transmite el filial, las bajas por lesión y su falta de experiencia en la categoría para coger el toro por los cuernos y seguir demostrando su gran compromiso con el Valencia CF.