De Pedreguer al cielo de Mestalla

Sin duda el jovencísimo José Luis Gayà, la persona más feliz en todo el estadio de Mestalla la noche de su debut en el coliseo valencianista, no podía ser consciente en los instantes previos de todo el revuelo que iba a formar su estreno ante la afición, donde su padre fue el primero que ‘sufrió’ las consecuencias. Allí estaba el cabeza de familia, mismo nombre que su hijo, atendiendo a los medios de comunicación en una jornada que no sólo había arrastrado a todos los Gayà hasta la capital del Turia. Gran parte de Pedreguer, la localidad natal del lateral zurdo, se había subido a un autobús para formar parte de una jornada histórica para todos los que han participado en la vida personal y profesional de una de las grandes joyas de la Academia Gloval.

Su padre, «choto» desde que era pequeño, destacó la «madurez» y la «profesionalidad» de su retoño, aunque papa Gayà no podía evitar emocionarse al recordar todo el sacrificio realizado, a toda esa gente que desde que su hijo era muy pequeño ya le auguraba un futuro brillante. Es cierto que el año pasado ya tuvo su primer partido con los mayores en la Copa del Rey contra el Llagostera, pero lo del jueves contra el Kuban era diferente, era ante su gente, en el lugar en el que siempre soñó con subir y bajar constantemente la banda izquierda.

Y eso trató de hacer durante los 90 minutos que disfrutó sobre el terreno de juego, como él mismo dijo en zona mixta tras el 1-1, yendo de «menos a más», y quitándose conforme avanzaban los minutos unos nervios iniciales que le llevaron a cometer algún pequeño error en el despeje defensivo. El ambiente frío en unas gradas muy desiertas -el peor recuerdo que se lleva el jugador de su gran noche- no ayudó a entrar en calor, pero su segunda parte fue digna de mención y sólo un aperitivo de todo lo que puede ofrecer un jugador que tan sólo cuenta con 18 años de edad.

Su actuación la observaron desde la grada sus compañeros del Valencia Mestalla, con el técnico Nico Estévez a la cabeza. Instantes antes de entrar al campo hablaba con los micrófonos de Gestiona Radio para valorar todo lo que supone la titularidad de Gayà para la Academia Gloval, esa que salvo aquellos equipos que tuvieron que entrenar a la hora del partido se presentó en tropel en el recinto futbolístico para arropar a uno de sus actuales estandartes. «Diría que hoy se han dado cita el noventa por ciento de los equipos de la Academia», afirmó el técnico del filial valencianista, para el que ver debutar en casa a un jugador formado desde los 11 años en la Ciudad Deportiva de Paterna no se paga «ni con todo el dinero de un inversor».

Algo que también comparte el jefe de todo lo que actualmente ocurre en la planificación deportiva del club, un Rufete que no faltó a su cita con el palco de autoridades, en su habitual segundo plano, satisfecho del rendimiento de su ojito derecho de la cantera, el jugador por el que apostaría inmediatamente para el primer equipo sin dudarlo. La primera piedra de las muchas que desea colocar en el Valencia CF, el ejemplo que siguen los chavales que se ejercitan día a día en las instalaciones de Paterna. Su ‘background’ en la Academia, esa que ha ayudado a profesionalizar al máximo desde su fichaje el pasado verano, le permite conocer mejor que nadie la situación y disponibilidad de las futuras promesas del club. Djukic ya sabe que si aguanta en el cargo su labor consistirá en ir abriendo poco a poco hueco con los ‘mayores’ a los de abajo, a esos que ‘Rufo’ considera el auténtico y necesario futuro de la entidad.

Todos acabaron contentos con la noche de Gayà -una velada que estuvo acompañada de las posteriores felicitaciones de compañeros como Carlos Delgado o Fede Cartabia-, algo que la victoria hubiera redondeado, y la reflexión la jornada posterior era de normalidad. El futbolista sabe que ahora mismo su realidad está en el segundo equipo y no hay mucho espacio para dormirse en los laureles y saborear las mieles del triunfo. Sólo fue un pequeño paso en la revolución silenciosa que se está gestando en las profundidades de la Ciudad Deportiva de Paterna, un lugar en el que se forman promesas como una que viajaba cuatro días a la semana desde Pedreguer siendo un niño soñando con tocar el cielo de Mestalla. Como se vivió este pasado jueves 12 de diciembre, los actuales sueños de la cantera valencianista se pueden convertir en realidad…

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