Desde Dubai con amor

Uno de los detalles más llamativos en la mañana del pasado miércoles en el hotel de concentración del Valencia en Granada era la presencia de un tipo joven, árabe y con una permanente sonrisa en su rostro. Era alguien que desprendía felicidad mientras hablaba con algunos miembros de la expedición, en especial con el director de comunicación del club, Damià Vidagany, su “hermano”.

La historia de Mohammed A. Naser y su relación sentimental con el Valencia CF es digna de contar, la situación opuesta a la que en ese mismo viaje protagonizó Adil Rami. Valencianismo en estado puro a más de 5.000 kilómetros de distancia del estadio de Mestalla.

La Copa del Rey del 99, Cañizares y Fede Cartabia

Preguntarle a Mohammed por la Copa del Rey ganada por el Valencia contra el Atlético de Madrid en el año 1999 es arrancarle una sonrisa inmensa, ver como en sus ojos se ilumina una luz que brilla como en aquella histórica final lo hicieron futbolistas como Claudio Javier ‘Piojo’ López o Gaizka Mendieta. El primer gran regalo que su Valencia le ofreció.

Pero fue un año antes, en 1998, cuando se inició el idilio entre nuestro protagonista, y el Valencia CF. En la actualidad trabaja en el Ministerio de Economía, en el departamento que habilita a las empresas extranjeras a trabajar en Dubai. El Valencia, siempre que ha visitado los Emiratos Árabes Unidos, ha recibido una gran ayuda de Mohammed, pero nada de esto podía albergarse en su imaginación cuando, con apenas 12 años de edad, quedó ‘infectado’ por el virus valencianista. Fue la televisión de Abu Dabi la que facilitó este contagio por un club “humilde y con un gran espíritu”, que entre Liga italiana y bombardeo a favor de Barcelona y Real Madrid se abrió un hueco en el corazón de un niño árabe, cambiándole la vida para siempre.

A partir de ese día, su ‘enfermedad’ por la entidad blanquinegra sólo hizo que ir a peor, siendo Cañizares la primera de sus alucinaciones, el primer referente con el escudo del murciélago en el pecho. Las lágrimas de ‘Cañete’ tras perder la final de la Champions en Milán fueron las de Mohammed, que como él mismo reconoce, consolidaron todavía más su pasión por un club especial, diferente a otros que “se hubieran quedado destrozados institucionalmente tras perder dos finales consecutivas de la Liga de Campeones”.

Con el paso de los años su interés por las noticias relacionadas con el día a día de la institución fue en aumento, hasta el punto de mirar toda la información relativa al club “antes de irme a dormir y nada más levantarme”. Esto es posible gracias a ‘www.kooora.com’, un website creado por un grupo de seguidores valencianistas árabes hace una década que sirve como portal deportivo de referencia para todos los que hablan esta lengua en el mundo, pero sin ninguna duda las experiencias personales ayudan a consolidar con más fuerza los vínculos emocionales con un equipo de fútbol. Y aquí entra en acción Fede Cartabia, la nueva perla del Valencia CF, ídolo en la actualidad de ‘Moha’ y uno de los culpables de que un chaval de 20 años se saltase las clases en la universidad.

Fue hace siete años, en un torneo que el cadete del Valencia disputó en Dubai. Equipo entrenado por Vicente Mir y liderado sobre el césped por futbolistas como Bernat, Paco Alcácer y el mismo Fede, miembros del primer equipo en la actualidad pero los culpables de la primera fiebre valencianista sufrida por Mohammed, capaz de «dejar las clases de esos días en la universidad para ir a verles en directo”. A un servidor todavía se le escapa una sonrisa cómplice cuando recuerda la claridad con la que nuestro fan recita esos nombres –“Bernat, Fede, Mir…”-, sin saber que años más tarde podría disfrutar de sus ídolos desde una posición privilegiada. Su relación con Fede aún va más allá, mencionándole casi siempre que le ve la anécdota protagonizada por un joven argentino que estuvo seis horas retenido en el aeropuerto de Dubai, al no tener el visado especial que se les requiere a los ciudadanos de esa nacionalidad.

Males del pasado y la esperanza personificada en Amadeo Salvo

Pero no sólo del aspecto deportivo vive el aficionado valencianista allende los mares, y todavía es más asombroso verle hablar con tanta clarividencia del pasado y presente directivo del Valencia. Queda claro que Juan Soler no sólo es culpable de muchos de los problemas del club para los residentes en la capital del Turia, porque como demuestra Mohammed con su visión del Valencia desde la perspectiva lejana de un residente en los Emiratos Árabes, el ex presidente también es el malo de la película a miles de kilómetros de distancia.

“Juan Soler es el culpable de la actual situación económica del Valencia. Compró muy caro a jugadores, el diseño del nuevo estadio es demasiado caro, y si todo se hubiese hecho un poco antes de la crisis de Bankia las cosas hubieran podido salir bien, pero el Valencia también ha sido un club desgraciado”, es la contundente reflexión de Mohammed, directo al objetivo en cuanto se le interroga por cómo se ve el problema financiero en el que está atrapado el club desde hace años.

Pero sus palabras ‘mutan’ en cuanto le toca hablar del nuevo Proyecto Gloval liderado por el presidente Amadeo Salvo –“un hombre que contagia energía y entusiasmo”-, y al que saca como vencedor en la comparación con sus predecesores. “Tiene mucho carácter defendiendo al Valencia, con otros presidentes se hubiera vendido a Soldado por menos dinero”, afirma un hincha del Valencia que sufre desde la distancia, y precisamente este destierro forzoso del club de sus amores le hace entender mejor que nadie la importancia de pensar en el Valencia globalmente –“los fans están muy felices con la nueva web y la opción de lenguaje en árabe”-, un tema “fundamental junto al proyecto de cantera para que en cuatro o cinco años se pueda volver a competir por la Liga”. Y Salvo es su hombre, de eso no hay duda, el nuevo máximo mandatario ‘ché’ ha triunfado cruzando fronteras, y si recibe el apoyo del entorno, “con las ideas que tiene puede conseguir que este equipo pelee por los títulos”.

Y por si acaso, siempre quedará la posibilidad de que un jeque del petróleo se embarque en la misión de reflotar la nave valencianista. Por su cargo y los importantes contactos que tiene, Mohammed sabe de lo que se habla, dejando caer sobre la mesa la ‘bomba’ del dueño del Manchester City. “400 millones de euros no es un problema para mucha gente de mi país, y la ciudad de Valencia es un destino muy potente a nivel turístico. Yo sí que creo que el dueño del City podría estar interesado, en un futuro, en este club”, aunque hay un tema que toca resolver antes como es el de “regenerarse para dejar atrás la reputación negativa que ahora mismo tiene el Valencia, tener un proyecto claro”.

Terapia de choque en la Curva Nord Mario Alberto Kempes

Antes de la despedida, a nuestro protagonista no le gustaría marcharse sin expresar, con las palabras más concretas que encuentra, su reciente experiencia en la nueva grada de animación que retumba durante los noventa minutos de los partidos del Valencia en el estadio de Mestalla. León y Román –a los que insiste que citemos, así como a otros “auténticos valencianistas como Jesús Sanz y Juanmi Muñoz»-, le contagiaron el “amor por la Curva Nord” en la que califica como “la mejor experiencia de mi vida”.

Nada que ver con sus anteriores visitas a España para seguir al Valencia, hace dos años contra el Atlético de Madrid o la pasada temporada en Palma de Mallorca. Algo que le hace decir con un total convencimiento que “volveré a la Curva”, previo mensaje a toda la afición valencianista: “Tienen la suerte y el orgullo de poder ir al estadio para apoyar al equipo todas las semanas. Deben estar orgullosos, y pensar que si todos están unidos se puede ganar otra vez la Liga”.

“Con la cuarta parte del presupuesto del Real Madrid se puede volver a levantar un título”, añade un hombre que sabe lo que se pierde por vivir tan lejos de Valencia: “Que la gente piense que hay miles de aficionados que no pueden ir por vivir tan lejos”, insiste.

Algo que de todas formas no mata las emociones a flor de piel, ni los sentimientos extremos por un club que se lleva en el corazón, da igual el origen o la distancia a la que uno se encuentre. “La última vez que lloré de alegría fue tras la final de Copa del Rey del 2008, toda la noche llorando”, confiesa un Mohammed que de repente se ha emocionado recordando esas horas, esa jornada tan especial para un perfecto ejemplo de esa palabra, Gloval, en la que tanto hincapié hace el presidente Amadeo Salvo.

Su visión del Valencia desde los Emiratos Árabes seguro que la comparten miles de seguidores que residen en España, o mucho más cerca de Mestalla, más templo si cabe y un lugar mitificado para aquellos que no tienen la suerte de visitarlo cada poco tiempo. Ya se sabe que, hoy más que nunca, el fútbol es un negocio donde en muchas ocasiones los propios protagonistas se encargan de recordárselo al público con sus acciones fuera de lugar. Que suerte que, al mismo tiempo, se pueda sacar a la luz historias tan especiales como la de Mohammed A. Naser, un valencianista a más de 5.000 kilómetros de distancia de su ‘casa’.

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