Djukic emula a Aragonés para poner orden en su vestuario

Se esperaba una reacción contundente por parte del entrenador del Valencia esta mañana, y a fe que los jugadores han captado el mensaje a la primera. Miroslav Djukic ha pedido a su plantilla la máxima profesionalidad y ha estado contundente a la hora de atajar salidas de tono como las protagonizadas ayer por Mathieu de forma pública, y Guaita tras el revuelo montado por los movimientos de sus agentes para buscarle otro equipo.

Ha sido un encuentro breve, antes de la sesión de entrenamiento. En la intimidad que dan las cuatro paredes del vestuario, Djukic ha lanzado un mensaje alto y claro sin necesidad de recurrir a los gritos: no permitirá que los intereses individuales primen sobre los colectivos. El ejemplo más evidente es el de Mathieu, con el que ha estado muy duro pero también comprensivo después de que el francés reculase ayer por la tarde tras su ‘rajada’ y pidiese disculpas a Salvo, Braulio, Ricardo Costa y al propio Djukic. El preparador ha dejado caer que aquel futbolista que se vea en condiciones de ser titular deberá demostrarlo en el campo de entrenamiento, y no fuera de él.

Djukic ha querido, con su mensaje de unión y poniéndose a él mismo como ejemplo de que las temporadas son muy largas -el serbio no siempre fue titular indiscutible cuando era jugador del Valencia-, atajar los posibles roces entre Mathieu -que no entiende su teórica suplencia en Cornellà-El Prat- y Rami -presumible titular pese a haber expresado en las últimas semanas que no descarta una salida-, del mismo modo que quiere evitar que la convivencia entre los guardametas Guaita y Alves derive en un problema mayor que afecte al resto de la plantilla.

Su discurso de compromiso y su advertencia de que este aviso es el último que dará antes de tomar decisiones drásticas también iba dirigido al portero de Torrent, protagonista fuera del césped en las últimas horas. El de Sabac tiene la ‘mecha corta’ y no consentirá episodios como los de las últimas horas, especialmente por parte de futbolistas cuyo palmarés es inexistente a fecha de hoy. La humildad en el vestuario de Paterna es el objetivo a lograr, y Djukic ha puesto hoy una de las primeras piedras en alcanzar esa meta.

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