Cuando este miércoles por la mañana Rufete desee suerte a toda la expedición del Valencia CF rumbo a Gales, donde un día después les espera el ‘Spanish’ Swansea en la quinta jornada de la Europa League, se habrá cumplido exactamente un día desde su debut a lo grande como nuevo manager general deportivo.
Y esta afirmación no se refiere al acto de presentación del lunes junto al presidente Amadeo Salvo. Tiene que ver con todo el torbellino de acontecimientos que han sacudido la jornada de entrenamiento matutino del conjunto valencianista, novedades que no por ser esperadas han dejado de levantar un gran revuelo en la Ciudad Deportiva de Paterna.
A las 11:00 de la mañana estaba previsto que arrancará la última sesión de trabajo de los de Djukic en los campos de entrenamiento antes de viajar a Gales, pero hasta una hora más tarde no saltaron al césped los jugadores valencianistas. El motivo, la sesión de vídeo y la charla que mantuvo con ellos un Rufete que ya había consensuado con el cuerpo técnico que ellos se quedasen al margen del cónclave con los futbolistas en el vestuario. Una vez comenzada la práctica, dos figuras resaltaban por encima del resto. Eran los responsables del departamento audiovisual de la Academia que ahora también llevan las grabaciones de la primera plantilla. Junto a los técnicos de campo que reforzaron al grupo de trabajo habitual, las caras nuevas abundaron sobre el césped.
Pero lo mejor estaba por llegar, justo cuando la prensa abandonó las instalaciones tras los 15 minutos en los que se le permite observar de cerca las evoluciones de los futbolistas bajo las órdenes de Miroslav Djukic. En ese momento Angulo tomó posiciones junto a los dos responsables del vídeo, y Rufete se dispuso a sentir de cerca el trabajo diario que realiza la plantilla valencianista. El nuevo manager general deportivo alternó el banquillo y los paseos constantes de arriba a abajo para charlar a ratos con los servicios médicos a cargo del doctor Albors, a ratos con los miembros del departamento de metodología que también evaluaron en primera persona todo lo que ocurrió sobre el césped.
Mientras todo esto ocurría a su alrededor, Djukic y su cuerpo técnico formado por Ray Henric-Coll y Dejan Ilic dirigían el trabajo de sus futbolistas como si no pasara nada, tratando de aislarse para preparar de la mejor forma posible la cita en la Europa League donde está en juego la primera plaza del grupo. Allí no jugará Banega, arrastrando molestias en el peroné, que hoy además compartió unos cinco minutos de charla con Rufete antes de abandonar el entrenamiento. El acercamiento que se esperaba, el control y estudio pormenorizado de los entresijos de un primer equipo que debe dar un paso al frente, su técnico el primero, en esta primera semana de evaluación que lleva a cabo el nuevo jefe.
Fue llamativa la imagen con Rufete sentado en uno de los banquillos, observando con atención los movimientos de los futbolistas mientras delante suyo, dándole la espalda, se erguía un pensativo Miroslav Djukic. Una de las instantáneas del día en Paterna, como también la que se produjo cuando finalizó la reunión que mantuvieron estos dos protagonistas junto a Dejan Ilic, antes de abandonar las instalaciones a eso de las 15:00 horas. Las caras de los dos serbios eran radicalmente distintas a las de ayer lunes, aunque desde el club se insiste en asegurar que en ningún momento se ha comenzado la nueva etapa tratando de imponerle a Djukic preparadores que reemplacen a los ya existentes.
Es una estructura para ayudar y reforzar su labor diaria, una rutina que seguirá presentando muchas novedades mientras el nuevo responsable del área deportiva del club va conociendo al detalle todos los entresijos de la relación entre futbolistas y entrenador. La dedicación de ‘Rufo’ promete ser completa -mientras todo el cuerpo técnico se marchó a sus domicilios para comer, él aguantó hasta pasadas las nueve de la noche-, mucho más en estas primeras semanas, antes de tomar decisiones drásticas que por otra parte no tendrá ningún reparo en asumir. El Valencia CF va a dotar al primer equipo de todas las facilidades y herramientas, pero exigiendo a cambio una mejoría sin excusas por el camino.