‘El bueno, el feo y el malo’

Siempre es recomendable tomarse un tiempo para reflexionar y no hacer las cosas en caliente. Ni en lo referente a abrir la boca o ejecutar acciones físicas, como tampoco en aquello que tiene que ver con la escritura. Pero por muchas horas que pasen, la sensación tras lo ocurrido anoche en Mestalla, especialmente después del 1-3 marcado por Pedro León, es que la película seguiría llamándose ‘El bueno, el feo y el malo’, como aquel famoso ‘western’ protagonizado por Clint Eastwood.

Y por mucho que le duela al valencianismo, la realidad del fútbol y el resultado en el electrónico marca que el Getafe de Cosmin Contra fue ‘el bueno’ en la noche de Mestalla. El equipo que mejor utilizó sus armas, el que mejor sobrevivió a la presión de tener que sacar los tres puntos. En muchas fases del encuentro, especialmente en la segunda parte, fue inferior al Valencia mientras protegía el resultado, pero cuando un equipo en descenso asalta el campo de un grande siempre hay que darle el crédito que merece.

En cuanto al ‘feo’ de la película en el coliseo valencianista hay pocas dudas. Este Valencia de Pizzi ya no engaña a nadie, luciendo sus vergüenzas en público jornada tras jornada. Algo que duele y mucho a un aficionado que anoche se puso con orgullo e ilusión esas camisetas con el hashtag #VCFsentiment que el club regaló antes del encuentro. Y no es raro que a la finalización del partido, colándose entre los improperios al Getafe y a Pedro León, se colase alguna que otra camiseta al viento para criticar precisamente la falta de sentimiento que en gran parte del partido demostraron los futbolistas blanquinegros.

Porque sólo así se explica que una plantilla superior a la del Almería y a la del Getafe se deje remontar dos veces en cuatro días, mostrando su cara más bella con el 0-0 en el luminoso pero dejándose ir preocupantemente en cuanto las cosas iban de cara. Y así es como te conviertes muy rápido en patito feo, salvo que seas un Barcelona o Real Madrid con muchas estrellas mundiales capaces de salvar un  mal día. Y a Pizzi le duele porque lo avisa en cada rueda de prensa previa: «sin intensidad cualquiera nos puede ganar», repite una y otra vez el argentino, a quien tras el partido no le quedó otra más que reconocer, con palabras y con sus gestos, que la apuesta ya es total hacia la Europa League. No queda otra.

Pero lo que todavía tiene menos explicación -o al menos, sin caer en el insulto fácil- es lo del ‘malo’ Pedro León tras marcar el 1-3 que certificaba la victoria ‘azulona’ en Mestalla. Lo que el ojo sí vio fue su celebración cara a cara con la Curva Nord -se dio cuenta de que nadie de los suyos había venido a apoyarles en la grada-, provocación que le pudo haber costado el impacto de algún objeto que por suerte no fue así. Acto previo al cabreo monumental de un Mathieu que ya venía caliente, tras ver como el propio León le propinaba un cabezazo a Vargas instantes antes de anotar el gol en el minuto 88 de partido.

El pique entre ambos futbolistas acabó con el francés expulsado y con el murciano sacando a relucir más gestos de poca clase para seguir provocando, echando más gasolina en el incendio que ya se había iniciado entre los dos banquillos. Por suerte la cosa ahí no pasó a mayores, aunque al primer entrenador del Getafe, Cosmin Contra, y al segundo del Valencia, Manolo Suárez, les envió directamente al vestuario. Pero hubo más, aunque esto ya pasó a ocupar el espacio de lo que el ojo no vio.

Al menos el ojo del aficionado en las gradas del estadio, que por cierto presentaron un mejor aspecto del esperado en las horas previas aunque luego se fuesen muy cabreados y decepcionados a sus casas. Pero evidentemente la tensión final no se esfumó camino de vestuarios, por más que miembros del club valencianista trataron de frenar a un Mathieu que quería saltar al campo para seguir arreglando sus diferencias con el jugador del Getafe. Cosmin Contra trató de hacer lo propio con los suyos, quedándose en el centro del campo haciendo una piña con sus futbolistas, pero sólo sirvió para retrasar lo inevitable.

Y eso fue el encontronazo entre personal de ambos clubes camino de las duchas, siendo Mathieu y Vargas los jugadores del Valencia más encendidos y a los que tuvieron que contener altos cargos de la entidad. Porque las provocaciones de Pedro León continuaron una vez dentro del túnel de vestuarios, hasta que entre miembros de la seguridad privada del estadio y la cordura de algunos implicados se acabó por disolver el conato de bronca más gorda. Todo quedó en empujones, amenazas, insultos y hasta algo de agua al viento para ‘refrescar’ el ambiente, acompañados de las disculpas que quisieron transmitir de inmediato Ángel Torres, presidente del Getafe, y otros responsables del club madrileño tras un final de partido poco edificante.

El epílogo para la carrera del Valencia en la Liga española, la puntilla a una temporada que vive otro capítulo más de los muchos tan complicados que se vienen soportando hasta la fecha. Y los rostros de los protagonistas en la zona mixta, camino de sus casas mientras oían de fondo los gritos e improperios de aficionados hacia el autobús del Getafe, dejaban bien claro que la moral y la ilusión liguera está por los suelos, a expensas de volver a vivir la experiencia europea que, a estas alturas, es lo único excitante a lo que agarrarse de aquí al final. Mes y medio supeditado a la Europa League, lo único que puede frenar una escalada de críticas y reproches en el seno de un valencianismo con la emoción a flor de piel y que ya recela hasta de su sombra.

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