Oriol Romeu sabe que aún tiene dos oportunidades más -este sábado por la mañana y en el último entrenamiento del domingo- antes de que Nico Estévez de la lista de convocados para el partido que enfrentará a Valencia y Real Madrid en el estadio de Mestalla. Aunque más que contra el tiempo está luchando contra el dolor que siente en su rodilla derecha, esa en la que sufrió un golpe el pasado lunes que ya arruinó su posible participación contra el Nàstic en Copa del Rey, y amenaza con hacer lo propio ante el conjunto de Carlo Ancelotti.
Pero el catalán no se rinde. No estuvo frente al Barça por decisión técnica, sí que lo hizo en el último partido de Miroslav Djukic en el banquillo, el pasado domingo contra otro grande de la Liga española como el Atlético de Madrid, y para un chaval criado en la cantera azulgrana siempre supone un reto muy especial medirse al equipo madridista. Por ello, y para seguir manteniendo el status de titular que viene arrastrando desde hace varias semanas, está dejando a un lado la precaución por el estado de su rodilla para ayudar al Valencia en un partido clave.
Sus ganas ya fueron enormes por estar contra el Nàstic pese a que los servicios médicos advirtieron dos días antes de que sería baja. Probó el miércoles pero las molestias le retiraron de la sesión antes de tiempo, y este viernes volvió a pisar el césped. Las sensaciones todavía no son positivas, y aunque completó toda la práctica, Oriol todavía acusa malestar en la zona. Él quiere ocupar el centro del campo ‘ché’ el domingo por la noche delante de su afición, así que aunque no está al cien por cien hoy volverá a trabajar en la Ciudad Deportiva de Paterna tratando de cumplir su deseo por encima de las recomendaciones médicas.