Al menos esta es la intención y la fecha límite que se ha marcado el Valencia, que desde la llegada a la presidencia de Amadeo Salvo está llevando a cabo una auténtica revolución en todos los aspectos del club.
Una parte muy importante del nuevo proyecto GloVal del VCF pasa por revalorizar el viejo Mestalla, volver a llenarlo de público y acondicionarlo para que los futuros inversores puedan sentir que el valencianismo y su coliseo están más vivos que nunca.
Todo esto se enmarca en un proyecto que pretende reanudar las obras del nuevo estadio del Valencia, pero como bien saben los dirigentes blanquinegros, si no se le saca el máximo partido a la casa actual será complicado convencer a alguien de que invierta en un nuevo recinto.
Así que las primeras mejoras ya se han empezado a ver en el histórico recinto valenciano, desde el lavado de cara a la fachada y el escudo del VCF que la preside hasta el acondicionamiento de los propios asientos. Primeros pasos de una empresa que, como ya se vio contra el AC Milan hace tres semanas, está inacabada.
En aquel encuentro los aficionados no pudieron seguir ni el tiempo de juego ni el resultado a través de un videomarcador, algo que el club pretende subsanar momentáneamente mientras se instala el nuevo y flamante dispositivo para que la gente pueda orientarse durante los 90 minutos de juego del Trofeo Naranja contra el Olympiacos.
Los asientos naranjas y el imponente murciélago que presidirá las gradas de Mestalla todavía tendrán que esperar algo más de un mes para su implantación completa, aunque los seguidores podrán ir viendo el cambio progresivo de look mientras se disputan las primeras jornadas de la Liga BBVA.