El negocio del fútbol es para unos pocos

La burbuja inmobiliaria, la energética, la de las televisiones autonómicas y ahora estalla la burbuja del fútbol. La Unión Europea, a través del comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, ha abierto expediente a siete clubs españoles, entre ellos al Valencia, Hércules y Elche por recibir ayudas ilegales de los estados (en este caso de la Generalitat).

Estalla la burbuja futbolera porque el modelo actual de las empresas de fútbol en Primera División es inviable. El Valencia, el Elche,  el Hércules y también el Villarreal (aunque no esté en esta lista) son inviables porque no generan ingresos legales suficientes para mantener los extraordinarios costes que les supone el negocio.

Lo curioso es que todo el mundo sabe que el negocio en el fútbol está en el palco, no en el césped, pero desde las instituciones, medios de comunicación y la oposición política se hace la vista gorda porque hay  complicidad con todo lo que toca el balón. ¿Alguien se atreve a decir que el Elche o el Valencia deben cerrar porque son inviables? Nadie. Lo malo es que en el palco ya no se hacen negocios y las deudas se amontonan en los despachos de estos clubs. ¿Quién las pagará?

El Valencia debe más de 275 millones de euros (y un campo inútil), que nunca podrá pagar porque sus ingresos y su rentabilidad bajan cada año. El Elche debe 24 millones (más seis a Hacienda y Seguridad social) y cada año factura menos y debe más. Y el Hércules tiene una deuda de 25,7 millones y 18 con el IVF. ¿Por qué han llegado a esta deuda.

Pues porque el fútbol es un fenómenos social intocable, como las fiestas populares. Pueden aparecer todo tipo de desmanes, pero nadie se atreve a meterle mano. Al contrario. Ahí hemos tenido esta semana al ministro español de Asuntos Exteriores (ya me dirán qué hace un ministro de Exteriores en este fregado), García Margallo, defendiendo las tropelías de los clubes valencianos. ¡Puro populismo barato!

La Generalitat de Francisco Camps salió al quite hace unos años de las deudas del Valencia, el Hércules y el Elche, prestando dinero público para salvar estos equipos. Dinero de todos para el fútbol, porque se entiende que es un gasto necesario. Como los toros o las actuaciones musicales que pagan los ayuntamientos en las fiestas. Un intento de quedar bien con la afición.

El experto Cesar Molinas, en su libro “¿Qué hacer con España?” señala que la economía extractiva que ha dominado España en los últimos años es producto de lo que llama “El modelo del palco del Bernabéu”. Recalificaciones urbanísticas, compra/venta de terrenos, inversiones, avales, etc. se hacían en los palcos de los grandes equipos de fútbol. Por eso en Valencia había cola para ser presidente: para hacer negocios en el palco. En el Hércules Enrique Ortiz compró el palco y el equipo en ruina a cambio de que el ayuntamiento le reclasificara buenos terrenos, por ejemplo Rabasa. E igual el Elche. Y el Villarreal con la ampliación del campo municipal del Madrigal. Todo eso amen de lo que les dio RTVV.

¿Es hora de meter mano al fútbol? Lo puede hacer la U.E., porque mucho me temo que no hay color político en España que se atreva con ello. Y que no veremos en la calle ni una manifestación protestando porque les dan dinero a los equipos de fútbol. Más bien al contrario. Unos hacen negocio y otros simplemente quieren emociones.

Ir arriba