Cuando uno se aleja del epicentro de un seísmo, tiene la capacidad de observar las cosas con un enfoque más objetivo y clarividente. Exactamente eso mismo me ha pasado a mí esta semana. Recluido por voluntad propia en Villanueva de San Mancio, el maravilloso pueblo de unos 100 habitantes situado en medio de la de meseta castellana dónde nació mi madre, he podido poner en perspectiva dos asuntos que nos atañen directamente a los valencianos y valencianistas.
En primer lugar he podido comprobar la repercusión social que tiene el cierre de un medio de comunicación público como RTVV. Mis paisanos no daban crédito a que eso pudiera suceder. Ellos, la mayoría agricultores, sí saben de la importancia que tiene la información de proximidad. En segundo, que es el que nos concierte, es la situación del Valencia CF. A Villanueva, las noticias de los de Mestalla llegan con cuentagotas.
Por eso, comprobar cómo mi tío Angelmari y mis amigos Jose o el Rubio sabían que el club estaba en venta y que un tal Peter Lim podía comprarlo me puso en alerta. Así que me pregunté a mi mismo: «¿Si esta buena gente cuya mayoría ‘pasa’ del fútbol y del Valencia sabe el nombre de algún jugador y poco más, está tan puesta en el tema, es porque la cosa es más trascendental de lo que parece?»
Me puse a hacer averiguaciones, a ver qué opinaban, a comparar el ejemplo de nuestro Valencia con su Pucela y me dí cuenta que el equipo de Mestalla es un referente en España. Comprobé que para ellos es un grande y que todo lo que le pase hay que tenerlo muy en cuenta. Son gente, muchos sin estudios, pero todos listos. La vida en el pueblo no es fácil y convierte al más pintado en un inteligente filósofo que te da lecciones cada día.
El temor en el bar de Juan –lugar de encuentro diario de los habitantes de Villanueva- es que el caso Valencia acabara en un fracaso como sucedió antes con el Alavés, el Racing de Santander o el Málaga. El anhelo, por el contrario, que el Valencia pueda ser el primer club español que pueda aplicar con éxito el modelo del Manchester City o del PSG francés y acabar de una vez por todas con el dominio del Madrid y del Barça «¿Por qué no?», se preguntaban Juventino y su hijo recién llegados del pueblo de al lado (Castil de Vela)
Sin embargo, al final de todo, me quedo con la frase de Tomasín, uno de los fijos en las partidas de tute que jugamos cada tarde. Con su peculiar voz me dijo: “David, como el equipo no funcione, lo demás no importa. Así que a ver si tenéis suerte con Pizzi, porque si no, ni jeque, ni nada de nada”.
David Torres (@DavidNOURadio)
Periodista NOU Radio