Desde primera hora de la mañana, el hotel de concentración del Valencia CF ha sido un hervidero de actividad. Algunos jugadores se desayunaban con la ‘rajada’ que su compañero Rami había pegado el día anterior en primera página de la prensa deportiva. El galo ya no estaba presente –hacía horas que había partido hacía tierras valencianas-, pero su ‘bomba’ del martes seguía causando daños colaterales.
El club ha actuado con rapidez. Braulio Vázquez, Amadeo Salvo y el técnico Miroslav Djukic han mantenido una reunión privada a media mañana. Una charla en la que el preparador ha expresado su opinión: no quiere volver a tener a Rami a sus órdenes. Director deportivo y presidente coincidían en su análisis.
Desde ayer, los servicios jurídicos del club trabajan para conocer los límites de la sanción que el club puede imponer al francés por su ataque verbal a Djukic y al resto de la plantilla. El primer paso se ha dado esta mañana: Adil Rami está suspendido de empleo y sueldo de forma indefinida. No será la única medida que el club tome hacia el díscolo central.
El propio Rami tendrá que empaparse de leyes y reglamentos, dado que desde que el VCF notifique a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) la sanción a Rami, el francés tendrá un plazo limitado de días para presentar un recurso con las pertinentes alegaciones, si es que decide hacerlo..