Enchufados

La sobredosis de sensaciones contradictorias que vivió la grada de Orriols en los últimos minutos del partido disputado ante el Real Madrid, han impedido hacer un análisis pausado del cambio de roles de dos jugadores que partían al inicio de la pretemporada como teóricos suplentes o si lo prefieren utilizaré ese termino más refinado y menos agresivo, que se ha puesto de moda para animar a aquellos futbolistas que solo entrenan y casi nunca juegan, denominado fondo de armario.

Al grano. A Caparrós no le tembló el pulso y apostó por Héctor Rodas y Simao Mate en un ataque de entrenador. Eso es lo que pensé yo, los 16.100 abonados del Levante y los ocho mil aficionados merengues, que se frotaban las manos cuando vieron saltar al canterano y al mozambiqueño al terreno de juego, mientras Vyntra, Sergio y El Adoua buscaban acomodo en el banquillo. 

Les prometo que la paupérrima imagen ofrecida en el Camp Nou me martilleaba la cabeza una y otra vez, pensando que con los mismos protagonistas que fueron ridiculizados por el Barça, al cuarto de hora ya no habría partido y que Benzema y Cristiano mandarían a Héctor al ortopedista para que le pusieran una prótesis en la cadera como consecuencia de una estrepitosa rotura. Del mismo modo, presagié un recital de Isco y Modric ante la patente lentitud del africano.  

Sin embargo, la película que se proyectó en el Ciutat fue otra bien distinta, con un Rodas expeditivo, contundente y concentrado, custodiado por Mate que daba una rápida salida al equipo a través del omnipresente Diop o utilizaba el recurso del desplazamiento orientado a las bandas para no cometer el error de realizar transiciones por el centro que pudieran provocar una absurda perdida de balón que finalizase con un contragolpe letal de los portugueses.

Caparrós, que es zorro viejo, probó durante la semana con un trivote para que Ancelotti alinease al mayor número de jugones, pensando que el Levante se iba a colgar del larguero. Craso error, porque el técnico de Utrera trabajó, en una última sesión nocturna y en el más absoluto secreto, la misma puesta en escena que vimos un día después en el coliseo granota.

La derrota fue la peor consecuencia a una estrategia perfectamente diseñada, pero que nos deja una fantástica noticia al comprobar como cada día hay más jugadores enchufados al proyecto granota y todo ese sigiloso trabajo de mentalización tendrá su recompensa en el futuro.   

No obstante, me sigue pareciendo un lujo asiático prescindir de Loukas Vyntra, que desde mi punto de vista es el mejor central de la plantilla y del dinamismo que le aportó El Adoua a la posición de mediocentro defensivo en las primeras jornadas de liga. Sin duda, un entrenador es el que mejor sabe como está su casa por dentro y los motivos por los que prescindió del marine griego o se ha limpiado al marroquí. El que la lleva la entiende.

 

Jose Manuel Alemán (@AlemanSER)

Radio Valencia Cadena SER

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