Cualquiera diría que será complicado volver a ver una media hora tan primorosa como la protagonizada por España en el Arena de Pernambuco. La rapidez, fluidez, riqueza y variantes demostradas por el juego del combinado nacional desarmó prácticamente desde el primer minuto. Cesc mandó al palo a los diez minutos la culminación de una jugada primorosa. España siguió rondando la portería de un Muslera que, atemorizado detrás de la cara de pocos amigos de Lugano y compañía, se temía lo peor.
Y lo peor llegaría para el equipo charrúa precisamente por culpa del ‘fuego amigo’. Un disparo de Pedro, desde la frontal, fue desviado por Lugano para acabar entrando en el arco celeste. Un gol que refrendaba el dominio aplastante de la selección, que maniató a Uruguay y robó infinidad de balones a pocos metros del área del equipo de Tabárez.
El frenesí de toque y movimiento de las fichas rojas, contrapuestas a la confusión y la mirada desorientada de las fichas blancas, encontró su cénit con el gol de Roberto Soldado. El valencianista fue titular, sorprendiendo a muchos pero dando la razón a aquellos que ven en él al delantero que mejor encaja en el estilo de juego que la selección viene practicante. Y el ‘killer’ del Valencia no desaprovechó la oportunidad para reivindicarse, culminando una jugada estéticamente brillante, tras un pase filtrado entre líneas de Cesc. Golazo para poner un 2-0 incontestable. Sexto gol del valenciano en nueve partidos como internacional. Números imposibles de rebatir.
El vendaval pasó a ser viento huracanado durante muchos minutos. Piqué estuvo a punto de poner el tercero en el casillero, pero Muslera estuvo atento para sacar la ocasión bajo palos. Xavi mandaba sin oposición, Iniesta hacía lo que le daba la gana, Cesc y Pedro eran cuchillos en mantequilla y Soldado mantenía las orejas plantadas, atento a la más mínima ocasión de pegar un nuevo mordisco. Una perspectiva inmejorable de cara al segundo tiempo, que arrancó con una nueva ocasión a la que Soldado no llegó por centímetros.
El segundo tiempo, hay que ser francos, fue menos entretenido. España bajó el pistón, consciente de que el partido estaba dominado. Tabárez movió el banquillo y logró detener la sangría, que podría haber acabado en masacre si España hubiese querido apretar el acelerador. Las revoluciones, por cierto, le jugaron una mala pasada a Arbeloa primero y Ramos después, con dos entradas que podrían haber supuesto su expulsión. Vestigios de su etapa ‘mourinhista’ que deberán eliminarse poco a poco.
Forlán, líder de esta escuadra en 2011 y que disfruta de un retiro dorado en la liga brasileña, salió al campo los últimos veinte minutos a montar jaleo. Una falta desviada fue su primera aportación, a un cuarto de hora del final. Un aviso de lo que llegaría en el minuto 87: un disparo impecable de Luis Suárez se clavó en la meta de un desesperado Casillas. Imparable.
El gol de Suárez fue anecdótico. Instantes después Soldado podría haber sentenciado con el tercero, pero el derribo del que fue objeto quedó en el limbo cuando ya estaba a punto de engatillar el disparo. El 2-1 se antoja corto para explicar el ‘baile’ al que España sometió a Uruguay durante gran parte del partido, pero quién sabe si resultados ajustados como este son la base para que un equipo tan legendario no se duerma en los laureles. Para empezar, y al contrario que en el Mundial, la ‘Roja’ comienza su periplo en la Copa Confederaciones con victoria.
Ficha técnica
España. Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Xavi (Martínez 76′), Cesc (Cazorla 64′); Iniesta, Pedro (Mata 80′) y Soldado.
Uruguay. Muslera, M. Pereira, Lugano, Godín, Cáceres, D.Pérez (Forlán 68′), Gargano (Lodeiro 62′), Ramírez (Álvaro González 46′), Cebolla, Luis Suárez y Cavani.
Goles
1-0 Pedro (min. 19); 2-0 Soldado (min. 31); 2-1 Luis Suárez (min. 87)
Árbitro: Yuichi Nishimura (Japonés). Mostró amarilla a Cavani (min. 26), Piqué (min. 33), Lugano (min. 40), Arbeloa (min. 70)
Estadio: Arena Pernambuco.