Ojalá Fede Cartabia sea unos de los futuros baluartes del Valencia porque tiene talento para ello. En estos momentos, el futbolista no va por el buen camino. Ha de ser humilde y ser consciente que todavía no ha hecho nada en el deporte del balón, un juego en el que se miden once contra once.
Hace algo más de seis meses, antes de la pretemporada, muchísimos aficionados valencianistas que siguen el día a día del club tenían pocas referencias de este jugador. Sin ir más lejos, sin conocer apenas que tipo de futbolista era, un día le pregunté cual era su posición con tal de poder hacerme una idea. Él me dijo que se desenvolvía mejor en la mediapunta, aunque yo lo prefiero ver a pierna cambiada, por la derecha.
De un día para otro, y tras brillar con luz propia a la lo largo de la pretemporada, se marcó un partidazo contra todo un Milán en su primera participación en el feudo valencianista. El escenario era idea: partido de presentación, la mística del Trofeo Naranja. Aquel día se ganó formar parte del primer equipo a todos los efectos y empezó a hacerse un nombre entre los aficionados.
Al mes siguiente, ya estaba siendo titular (!) en el primer partido de Liga. Djukic tenía mucha confianza depositada en el joven argentino y así se lo demostró. Sus primeros partidos fueron una muestra de que estábamos ante un jugador que podía dar muchas tardes de gloria a la afición de Mestalla, como aquella segunda parte que jugó contra el Sevilla en la primera vuelta de Liga.
Todo parece haber quedado en un espejismo: Fede ahora da la sensación que no es ni la sombra de lo que apuntaba hace apenas 15 jornadas. Cuando juega el argentino, el Valencia, con todos mis respetos hacia él, se ve obligado a jugar con dos balones. Así de claro. Tiene que comprender que este deporte no es individual y que, domingo tras domingo, ganan o pierden once hombres. Uno solo, salvo que te llames Leo Messi, no puede resolver un partido de la máxima competición.
Seguro que si Cartabia se da cuenta de esto, puede volver a ser ese atrevido futbolista que ya ha levantado algún aplauso jugando como local en las filas chés. En cambio, si no cambia de actitud y no se da cuenta de su realidad y que debe jugar para el equipo, puede acabar siendo un jugador vulgar, de esos que apuntan mucho y luego acaban en nada, jugando en segundas divisiones o en ligas menores.
En definitiva, me encantaría que en muy poco tiempo todas las críticas reflejadas en este artículo pierdan su valor. Esa sería una noticia muy buena para la afición valencianista, que es justa con quien se lo gana. Si a Mestalla le das 1, ella te da 10, pero le has de dar ese 1. Todos los chés deseamos ver en Cartabia, un nuevo Aimar o Piojo, pero ahora sus compatriotas quedan todavía demasiado lejos. La mejor noticia es que solo tiene 21 años. Fede tiene fútbol y mucho, solo le falta actuar de otra forma y saber pasarla antes de encarar a un nuevo rival.
Si Cartabia cambia eso, tenemos jugadorazo para rato.
Foto: Lázaro de la Peña / VCF
Jorge Farrés (@jorgefarres)