‘GLOVALmofada’ contra un grande que todavía respira

Hacía tiempo que el Valencia CF de Juan Antonio Pizzi no caía derrotado estrepitosamente. Y se ha vuelto a notar, como cada vez que el equipo no da su mejor versión, a todo ese algarabío de voces que juran en hebreo contra todo lo que se mueve en el seno del club. Un tumulto de descalificaciones y maldiciones que hacen evidente (al parecer) las ganas de unos cuantos de que esto explote definitivamente. Sin que se ofenda nadie, valencianistas disfrazados que se pintan la cara con colores de la senyera siempre que se gane.

Por partes. El Valencia ni se presentó al estadio de Vallecas, eso queda claro. El Rayo, un equipo con el agua al cuello, luchando jornada tras jornada por no descender, jugó el partido como si fuera el último. Con intensidad, tesón y la ansiedad de una plantilla que pelea por sobrevivir. Los valencianistas, con distinta necesidad aunque imperiosa por entrar en Europa, se mostraron como un plantel sin rumbo, desarbolado e incapaz de crear una ocasión al rival que más goles encaja de la categoría. Pizzi y Mathieu avisaban: sin intensidad este equipo es muy poco. Hasta ahí, todo de acuerdo.

Todos podemos tener un mal día. Con el argentino en el banquillo, los jugadores han dado la cara y han sacado resultados óptimos hasta el punto de estar en segunda posición (solo por detrás del innombrable) en un hipotético Torneo Clausura de la Liga BBVA. Estamos viendo cómo al mejor equipo del mundo, a la plantilla más gloriosa de los últimos años y con mayores recursos, le están atizando hasta en el DNI por perder dos partidos y bajar el ritmo de juego. El ‘Tata’ Martino, antes Dios, resulta ser un aficionado puesto por Messi para dirigir una plantilla con capacidad de autogestión.

Es por eso que me niego a enterrar a Pizzi por un tropiezo y mucho menos tras ver la motivación y el empuje que el Valencia C.F. demostró en el empate 1-1 ante el Athletic (aunque el equipo entrara frío al inicio y encajara primero). Sumémosle, además, la reciente victoria a domicilio ante el sorprendente Ludogorets, con actuaciones memorables de Paco Alcacer y Fede Cartabia (zas para todos sus ‘haters’). 0-3 y para cuartos, sin florituras, corriendo y peleando.

Recuerdo que es extraordinariamente complejo corregir en tan breve espacio de tiempo todos los errores cometidos, ya no a principios de temporada, si no en el pasado más reciente (entrenadores bisoños, planificación deportiva…). Todos queremos ver al Valencia en Europa. El reloj corre. Pero tranquilidad, paciencia. Las Fallas todavía no están puestas y muchos ya las quieren quemar.

Además, los grandes clubes del continente se interesan por la mayoría de jugadores de la plantilla. Y también existen inversores (con dinero fresco y real, espero) dispuestos a hacerse con el Valencia. Para estar acabados, desterrados e incluso muertos, los síntomas son evidentes de que el oxígeno sigue entrando por la sangre blanquinegra. Déjenla hacer su marcha.

Y luego están los árbitros. Y el ‘colega’ Sánchez Arminio. La película de terror que asusta hasta las piedras. Porque el Valencia ha perdido el respeto tanto en España con la Liga como en Europa con la UEFA. Villar y Platini se pasan al equipo che por el forro. Hay manos que ya no se pitan a favor. Expulsiones que se perdonan. El Valencia está entre los 3 equipos con más penaltis en contra… ¡Intolerable! ¡Villareal, Athletic o Real Sociedad encuentran más guiños que los blanquinegros! ¡Hasta el Ludogorets!

Insisto en que lo del GloVal Respect me trae sin cuidado. ¿Quién respeta al Valencia? ¿Quién respeta a los miles de aficionados valencianistas? ¿Quién respeta el trabajo de un entrenador nuevo y una plantilla con pilas recargadas? Nadie. Absolutamente nadie. Y el club, como entidad cercana a los 95 años de historia, hace bien en apoyar al técnico y avisar a los mangarrufos y bufones de la Federación y compañía. La respuesta parece haber sido “¿De qué te quejas?”, algo muy habitual, tengo que apuntillar, en este país de pandereta.

Foto: Girondins de Burdeos

Alberto Gómez (@Alberto_Gomez9)

 

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