Los niveles de agitación en la convivencia de la selección española en Curitiba (Brasil) han superado en varios puntos lo recomendable en el Mundial 2014. Puede que la participación del combinado nacional terminase este lunes, pero ni mucho menos han cicatrizado todavía las heridas abiertas en el seno del vestuario… y también en su relación con el entorno que sigue habitual a la selección española.
Al episodio de tensión interna vivido a raíz de las polémicas declaraciones de Xabi Alonso hace unos días hay que sumar un nuevo incidente, esta vez protagonizado por un futbolista y un periodista. Tras la finalización del choque entre España y Australia (3-0), el barcelonista y ex valencianista Jordi Alba tuvo dos momentos con declaraciones altisonantes dirigidas al periodista Javier Gómez Matallanas.
El catalán, que se marchaba del estadio junto a Sergio Busquets, dijo al redactor al pasar por zona mixta sin detenerse que iba a «arrancarle la cabeza» la «próxima vez», según diversos medios como RAC 1.
La amenaza fue a mayores en el acceso al avión que traía de regreso a nuestro país a la expedición de la RFEF. Jordi Alba acusó al periodista de «chivato» y le calificó de «gilipollas» y «subnormal», con varios testigos presentes y compañeros de vestuario a apenas un par de metros de distancia.
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