La cámara de seguridad del Madrigal llevaba estropeada casi tres semanas

El homenaje de la Liga de Fútbol Profesional al Villarreal el pasado fin de semana fue uno de los asuntos más polémicos del mes de febrero, en concordancia con el hecho que lo motivó: el lanzamiento de un bote de gas lacrimógeno por parte de un individuo encapuchado en la grada del estadio del Madrigal, que obligó al desalojorepleto de «civismo», como explicó la LFP– del coliseo groguet.

Sin embargo, la investigación sobre el suceso deparó este viernes un giro inesperado e increíble. Según Sportyou, las Fuerzas de Seguridad del Estado han encontrado una traba inesperada en el proceso tras solicitar a la Unidad de Control Organizativo (UCO) las imágenes de la puerta por la que supuestamente accedió y escapó el responsable del lanzamiento. La respuesta recibida: la cámara de seguridad encargada de la grabación del vídeo en esa puerta de acceso llevaba 20 días estropeada, por lo que no pudo registrar el rostro del culpable.

La UCO supervisa las cámaras de seguridad que la LFP obliga desde hace años a instalar a los clubes en los estadios de Primera y Segunda División. La normativa indica que, en caso de avería, el club debe mandar un aviso a la LFP, quien a su vez subsanará el problema a través de una empresa externa contratada para dicha función. Pese a la sorprendente revelación, la Policía no ha cerrado el caso ni mucho menos y sigue la pista al culpable, utilizando en la investigación los escasos datos proporcionados por los aficionados que vieron al individuo lanzar el bote en la recta final del partido entre Villarreal y Celta.

Foto: Dico Solíz / Opinion.co.bo

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