Que el Levante ha comenzado mal la temporada es un hecho que no se puede discutir. Pero más allá de las derrotas, la mala imagen del equipo preocupa mucho. Muchas pueden ser las razones y muchos los culpables. Pero hay algo visible, que todos podemos ver, el juego del equipo ha cambiado con respecto a la temporada pasada.
Lo cierto es que el Levante comete fallos defensivos que en temporadas anteriores eran impensables. Errores que penalizan, sobre todo si el ataque es incapaz de perforar la meta contraria. ¿Qué le ocurre al equipo?, ¿ Por qué estos fallos tan importantes?.
Muchos jugadores no se han adaptado al juego que quiere implantar Mendilibar. Prefieren el juego aguerrido, el de la defensa muy cerca del portero y la línea de medios muy cerca de la retaguardia.
El técnico vasco poco más puede hacer, ha probado con todos los jugadores que tiene en la plantilla y todavía no ha dado con la tecla. Mendilibar argumenta que no por defender más atrás se reciben menos goles. Lo importante para el entrenador es que el equipo este junto y que hable sobre el césped.
El presidente del Levante ya conoce la opinión de algunos jugadores de la plantilla sobre su nuevo entrenador. El próximo envite contra el Eibar volverá a ser una final para el equipo y un examen para Mendilibar. Una derrota, quizá no hundiría al técnico pero sí le dejaría muy tocado.