Noventa ‘kilos’. Aproximadamente, ese es el coste definitivo de reemprender las obras del Nuevo Mestalla y rematar la construcción del monumental coloso de acero y hormigón levantado en la Avenida de las Cortes Valencianas. Durante la celebración de la primera comisión de seguimiento de la Fundación VCF, el presidente del club no podía ocultar su emoción.
Amadeo Salvo ya tiene pruebas tangibles a las que aferrarse: el arquitecto Mark Fenwick finalizó hace unos días el informe técnico con las modificaciones para rebajar en 60 millones de euros el coste de reemprender las obras. Y ayer el presidente, papeles en mano, mostró a los presentes el resultados de meses de trabajo y rediseño. Salvo tiene un plan en mente desde hace meses, y ver tan cerca la posibilidad de reemprender la construcción del Nuevo Mestalla -ahora falta la financiación- le entusiasma. Es la llave para el futuro económico del club.
Las claves son conocidas desde hace semanas: reducción del aforo, descartar el uso de cristal azulado en el exterior del estadio, eliminación del proyecto del aparcamiento para más de tres mil vehículos… ‘Tijeretazos’ asumibles y en los que la lógica se ha acabado imponiendo. En el comunicado oficial que la entidad realizó sobre el cónclave se resume en apenas unas líneas los motivos para el optimismo de Salvo: «Ajuste a la baja de los costes manteniendo la calidad y estética del futuro estadio, que tendrá calificación de 5 estrellas otorgada por la FIFA». El nuevo Mestalla seguirá siendo bueno y bonito, y ahora es casi un 40% más barato.
La reunión de trabajo se prolongó más de tres horas en la planta noble de las oficinas de la entidad, con presencia de Salvo y consejeros por parte del Valencia y de los máximos representantes de la Fundación VCF: el presidente Aurelio Martínez y los vicepresidentes Antonio Paños, Salvador Belda y José Luis Zaragosí, acompañados por el secretario Francisco Blasco. Además del asunto del estadio, se habló del proceso de elaboración de un Plan de Negocio para el nuevo recinto -encargado a la consultora KPMG-, de la nueva estructura de trabajo creada para la Academia GLOVAL, del nuevo plan estratégico de Marketing y Branding de expansión a nivel mundial -elaborado por el recién aterrizado Luis Vicente Douwens- y de las mejoras en el club a todos los niveles: obras en el estadio, venta de entradas, etc.
A su salida, Martínez no pudo evitar referirse a la rumorología de las últimas semanas referente a una hipotética venta del paquete accionarial mayoritario en caso de que Bankia tuviera que tomar el control accionarial del club. El Valencia no se vende. «Acabo de hablar esta mañana con Bankia y no es verdad. Da igual que os lo diga cien veces porque no os lo vais a creer, pero no es verdad. Estoy tan cansado de desmentirlo, que me aburro. Ya he dicho muchas veces que no es verdad, que no hay nada», indicó.
A Martínez no le gusta que las noticias referentes a este asunto provenga habitualmente de las mismas fuentes, y lo denunció públicamente. «Últimamente, como eso no surte efecto, van subiendo el tono y ya no es que esté a la venta, sino que es el propio Banco de España el que obliga a vender a Bankia y nos informa a nosotros. Os puedo asegurar que el gobernador del Banco de España no me suele llamar por teléfono y menos para este tipo de consultas», agregó. «Ojo. Y si lo quiere vender, sabéis lo que haré, ¿verdad que lo sabéis?», sentenció, en referencia a una presumible dimisión si el panorama de la venta del club cambiase a peor.