La revolución no será televisada

El Valencia Basket se enfrenta este año a un reto jamás visto antes por Hermanos Maristas: que el equipo se quede pequeño respecto al perfil de la organización. El espectáculo está garantizado y los de Perasovic están rindiendo como nunca, pero una pobre difusión amenaza con tirar por la borda todo el esfuerzo. La música es preciosa, pero el altavoz está estropeado y no llega a nadie.

La desaparición de RTVV ha dejado al Valencia Basket sumido en un trauma evidente y difícilmente subsanable. Hasta aquí todo lógico, porque lo mismo sucede con la sociedad valenciana. El próximo acuerdo con LevanteTV para retransmitir los encuentros europeos asegura tener una televisión que pueda hacerse cargo de los partidos, aunque el foco mediático del club bajará inevitablemente porque el perfil de una cadena y otra es diferente.

Y es que emisiones por internet como la del Union Olimpija no llegan a gran parte del público ajeno al día a día del baloncesto, el objetivo al que debería dirigirse el club para expandirse, que no quiere plantarse delante de un ordenador a seguir el choque y menos si el stream no funciona bien. Una solución rápida para salir del paso, pero poco recomendable de cara al futuro… y menos en los encuentros de casa donde tu gente está en el propio pabellón.

Tampoco ayuda que el número de ruedas de prensa del entrenador disminuya cada vez más (quizás por evitar hablar de las lesiones sospecharán los malpensados) o que varios medios de comunicación se queden sin poder preguntar a Perasovic después de algún encuentro, tal y como ocurrió durante el último choque de Eurocup el pasado miércoles. Por el motivo y el responsable que fuese, jamás se debe perder el respeto a nadie. Tampoco es la primera vez que pasa. Ahí está el problema.

Si el club quiere fidelizar a una masa social mayor que la actual debe abrirse a nuevas ideas para evitar recluirse en sí mismo. Quizás llenar La Fonteta esta temporada es más fácil con 400 asientos menos y un aforo de 8.000 espectadores (aunque algunos crean que son más), pero si ese nuevo pabellón del que tanto se habla quiere llenarse algún día hará falta algo diferente a lo que hay ahora.

Son tiempos díficiles en los que la gente hace esfuerzos más duros que un eslogan para renovarse el pase aunque tenga que renunciar a otras cosas. Ganarse un nicho en un entorno así es complicado, pero la oportunidad que los jugadores ‘taronja’ brindan este año se está echando a perder. Curiosamente, como se perdió hace justo 10 años. La oportunidad de ser relevantes de verdad.

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