La ‘TebasCup’ y una partida de ajedrez blanquinegra

La semana pasada nos volvieron a deleitar con una nueva edición de la Copa del Rey. Sí, aquella competición –o despropósito satírico y aberrante, que viene a ser lo mismo- que se pone en marcha bajo la premisa de que, o ganan Real Madrid o Barcelona, o la catástrofe sería poco menos que absoluta. Véase el año pasado.

Javier Tebas, presidente de la LFP –pasamos de los mocos a las babas-, no parece estar muy por la labor de cambiar el formato de una competición cuyo objetivo máxime es mofarse del equipo contra el que jueguen los dos ‘colegas’ de Tebas. Encima, no saben ni pronunciar su nombre…

Ya vimos hace unos días la lógica de esta Copa. Que si es difícil adaptarse al césped artificial; que si había poca iluminación… Eso sí, el club modesto que lucha contra un Goliath de 500 millones de euros de presupuesto no tiene ninguna complicación.

Seguir adelante con la ‘TebasCup’ es tomar a los aficionados al fútbol –evitando a dos, claro- por tontos. No tiene ninguna emoción jugar dos partidos por eliminatoria. No hay gracia alguna ver un trofeo que se rige por la lógica de “a ver si nos toca al grande para hacer caja”. Nada de nada. Primer y segundo plato para dos; postre y migajas para los demás.

De la ‘TebasCup’ me paso al Valencia. Bankia se disfrazó de ‘El Coletas’ en una Junta carente de todo sentido en el momento desde que los altos cargos madrileños mandaron enviar la bomba. Una bomba que a Aurelio Martínez parece que le vino de perlas tras sus manifestaciones finales: “Es un alivio, me quito un peso de encima”.

¿Entonces Aurelio Martínez dimite sin buscar una solución para el Valencia –para lo que le mandaron, y a dedo- así, sin más? Parece que han puesto todo su empeño en intentar arreglar la situación… Pero han fallado.

Yo estoy con Bankia en el sentido de que el Valencia CF necesita aire nuevo. La mayoría de aficionados es reticente a una posible venta del club a un comprador o grupo inversor. El argumento es entendible: el Valencia tiene que ser propiedad de los valencianistas. El problema es que esos ‘aficionados’ que se metieron en el club para hacerlo grande han conseguido tirar casi 100 años de historia por la basura. Soler o Soriano, los ‘flipados’ que vendieron más humo que un espectáculo de magia y promovieron la construcción de un estadio que ha supuesto la ruina absoluta del club. Y Llorente estuvo al frente pagando intereses y más intereses a Bankia sin amortizar deuda ni capital.

¿Estos son los valencianos que queremos que tengan la propiedad del club? Es necesario ponerles cara a los posibles compradores del Valencia. Está claro que existen precedentes que apuntan a mangarrufos cuya única intención es lucrarse de una entidad histórica y con referencia mundial. Pero también están los casos del Manchester City, el PSG, el Mónaco… Hay que dar la due diligence a todo aquel interesado y ver si realmente tiene la capacidad económica para acabar con la deuda y hacer un equipo fuerte.

Bankia y la Generalitat parecen haber ganado la partida de ajedrez a la pareja Aurelio&Salvo. Amadeo parece un tipo extraordinario que pelea titánicamente por ofrecer al club de su vida y al de miles de aficionados un futuro mejor. Pero si él no puede tiene que dar paso a otros que sí que tengan el poder para construir un proyecto nuevo. La partida encara su recta final mientras un club de fútbol se desangra… Tanto en su vertiente económica-social, como deportiva.

Ir arriba