La venta del Valencia a Peter Lim abraza la refinanciación como solución

La cuenta atrás sigue imparable hasta el momento en que las últimas piedras en el camino se despejen y Bankia y Peter Lim puedan anunciar el acuerdo para la compra del Valencia. Un acuerdo que, al menos desde el seno de la Fundación VCF -máximo accionista de la entidad con el 70% del capital social del club- se da por hecho desde el pasado martes. De nuevo, el ruido de fondo apuntaba a posible desenlace este mismo jueves. Otras fuentes, en cambio, no las tenían todas consigo.

El motivo es bien claro a estas horas: cada fleco, cada nimio detalle, es sujeto de una negociación enconada en la que tanto el banco como el magnate no dan su brazo a torcer. Aun teniendo el acuerdo encarrilado al 99%, cada jornada se conocen más detalles que denotan la fiereza con la que ambas partes han acometido la operación. Condenados a alcanzar un punto en común, pero ni mucho menos destinados a acabar como amigos. Por eso pasan las horas y el comunicado oficial con el anuncio definitivo se empeña en retrasar su salida a la luz. Salvo lo definió en pocas palabras este miércoles: «Bankia y Meriton tienen que entenderse. No tiene por qué romperse una negociación en la que las dos partes negocian de buen talante», explicó.

El banco dibujó una cifra inicial y no se mueve de ahí: 90 millones por el crédito a la Fundación, a los que sumar otros 220 del préstamo realizado al club. Más de trescientos millones de los que pretende no rebajar ni un euro. Bruselas vigila de cerca. El cuánto es innegociable, mientras que el cómo y el cuándo han sido los puntos a debatir.

Peter Lim, desde su rincón del cuadrilátero, ha medido sus pasos para moldear las conversaciones hacia donde pudiese sentirse cómodo. Su propuesta inicial el 17 de mayo se ajustaba al primer requisito -cubrir la deuda de la Fundación-, pero sólo ponía sobre el tapete 105 de los 220 ‘kilos’ del crédito concedido al Valencia. Cantidad inadmisible e imposible de aceptar para el banco. Pocos días después, el equipo financiero comandado por la financiera Lay Hoon Chan dio una nueva vuelta de tuerca y subió la oferta a unos 160 millones. Empezaban a entenderse.

Peter Lim
Lim, junto a Salvo y Mendes en el Calderón el pasado mes de enero

REFINANCIACIÓN, CONDICIONES Y CREDIBILIDAD

Retrocedemos en el tiempo ocho meses y nos plantamos en noviembre de 2013. Aurelio Martínez y Amadeo Salvo bufaban indignados: les habían dado con la puerta en las narices. Las negociaciones y gestiones realizadas con la Generalitat y Bankia para dar luz verde al plan de viabilidad trazado por club y Fundación se habían ido al traste. No habría refinanciación de la deuda. La soga económica se tensó en torno al cuello de la entidad. Días después, el 10 de diciembre, el banco confirmaría la situación crítica anunciando que el Valencia estaba en venta.

Medio año después, la refinanciación de la deuda está cerca de llegar al club, aunque eso sí con el aval de un millonario de Singapur como red de seguridad. El crédito concedido a la Fundación VCF se mantiene al margen de la ecuación. Lim se comprometió a poner 100 millones -de hecho, su aumento en esta partida fue lo que decantó la balanza para que los patronos respaldasen unánimemente su propuesta-, y 100 millones pondrá. Los primeros veinte serán al contado, y los ochenta restante se abonarán a lo largo de los siguientes tres años. De ahí se pagará el crédito restante, los 4,8 millones que deben devolverse a la Generalitat y el millón de euros anual destinado a la Fundación en concepto de donación.

El ‘tomate’ se centra en los 220 millones cuya devolución fue prorrogada hace unos días hasta el 27 de junio. Una vez liberados de la losa del crédito a la Fundación VCF -como banco nacionalizado, ejecutar la prenda de las acciones a dicho organismo hubiese obligado a una subasta de los títulos, conllevando una sangría económica difícilmente digerible y justificable ante Bruselas-, los ejecutivos de Bankia y los responsables de Meriton Capital volvieron a plantear el escenario con la refinanciación de la deuda, ahora sí, como una posibilidad factible. Lo que Salvo y Martínez no lograron, Lim puede acabar consiguiéndolo. Las credenciales del singapurense y su solvencia sí resultan suficientes para Bankia.

Aunque fuentes próximas a la negociación insistían en la cautela y se negaban a dar cifras, sí se deslizó que Peter Lim podría mostrar músculo abonando inicialmente en torno a una cuarta parte de los 220 millones, ganándose así margen de maniobra para proponer la refinanciación de la cantidad restante a largo plazo. El dinero de Lim llegaría al Valencia a través de un préstamo de 200 millones de euros al 0% de interés, como explicó Aurelio Martínez el 17 de mayo. La inversión en futbolistas correría del bolsillo del magnate, por lo que no añadiría más carga a la maltrecha tesorería del club.

Eso sí, el Valencia seguiría siendo el titular de la deuda con Bankia: Lim sólo sería el avalista, el hombre al que el banco recurriría en caso de impago. La entidad financiera no desaparecería del panorama societario del club; quizá incluso estrecharía lazos todavía más. Las parcelas del viejo Mestalla seguirían, en este hipotético escenario, manteniéndose como prenda, aunque el compromiso firmado de Lim de comprarlas dentro de dos años si para entonces no ha encontrado un comprador es otro refuerzo a la tranquilidad de la entidad presidida por Jose Ignacio Goirigolzarri.

Foto: VLC NEWS

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