¡Larga vida al Seis!

Acababa el mes de enero cuando, en una mesa del restaurante La Principal, varios amigos trataban de convencer a David de que no hiciera lo que tenía previsto hacer la mañana siguiente. Las cosas importantes que suceden en Valencia, habitualmente, se fraguan alrededor de una suculenta paella. Y fue rascando el ‘socarraet’ cuando, posiblemente, se consiguió que lo que iba a ser su anuncio de adiós irrevocable quedase rebajado al 95%, dejando una pequeña ventana abierta a la continuidad. 

David considera que todavía le queda buen fútbol que ofrecer, pero que necesita cierta continuidad para hacerlo. En el Valencia lo veía inviable. Hoy puede que su marcha atrás posterior no haya calado donde debe hacerlo y que el de La Pobla Llarga esté escribiendo su último capítulo como murciélago del escudo.

Han ocurrido muchas cosas en los últimos quince años y no todas agradables, pero sí importantes. El día en que David Albelda compareció en rueda de prensa llorando tras el destierro que Ronald Koeman le impuso marcó, indudablemente, el devenir de su carrera deportiva y de su relación con el aficionado valencianista de a pié. Desde aquel día existen dos bandos irreconciliables: los albeldistas y los antialbeldistas.

Quién le iba a decir al chavalín ‘pelopincho’ que migró al Villarreal a ‘fer-se un home’ que, pocos años más tarde, se convertiría en centro de una de las mayores controversias en la historia reciente del club. Con total seguridad -ahora que ya puede mirar por el retrovisor– podrá ver claramente cómo se perpetró la película, quiénes fueron los ideólogos, los actores y cómo debió hacer mejor las cosas para no dar carnaza a los tiburones.

Pero hoy no es mi intención hurgar en la trastienda de aquel episodio tan asqueroso. Allá cada uno y cada una con su conciencia, si es que la tienen o la han tenido en algún momento. Sí me gustaría que, tanto si se marcha definitivamente como si Djukic decide seguir contando con él, no vuelva a convertirse en arma arrojadiza para defensores y detractores.

Mi propósito no es otro que recordar a quien lea estas palabras que David es FUTBOLISTA. Que Albelda ha sido uno de los mejores mediocentros del fútbol español de los últimos tiempos. Eso es así, le moleste a quien le moleste. Eso es lo verdaderamente importante y seguro que es como él quiere que se le recuerde. ¡Larga vida al Seis!

 

Nacho Cotino (@NachoCotino)

Periodista

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