Los Rusos (de Rusia)

Para los miembros de la Peña Valencianista Los Rusos, el partido daba exactamente igual. Poco importaba que el Valencia no jugase un pimiento, el frío que hacía en Krasnodar o la intermitente lluvia a lo largo del día. Todos ellos, algunos tras desplazamientos de más de mil kilómetros, vivieron en una nube durante toda la jornada. La sobremesa en compañía del presidente Amadeo Salvo fue el primer gesto de acercamiento con unos seguidores que se desviven por su equipo a miles de kilómetros de Valencia. Y ya dentro del estadio, el juego del equipo les importaba más bien poco: la clave era ver a sus ídolos en acción, al precio que fuese.

Como remate a una jornada inolvidable pudieron saborear una victoria tan importante como poco brillante. El triunfo de un equipo que desde el primer momento guardó la ropa en la retaguardia e inquietó más bien poco el arco de Belenov. El arquero ruso podrá pedir de hoy en adelante el carné de Socio de Honor de la peña ubicada en aquellas tierras, porque su cómica actuación en los dos tantos del Valencia sirivió para desbloquear un partido que caminaba inexorablemente hacia el empate a nada. Su salida vendimiera en el gol de Alcácer aparecerá en todos los resúmenes de ‘bloopers’ esta temporada, pero no mejoró demasiado su papel en el gol de Feghouli. Tarde negra para el meta del Kuban.

Precisamente Alcácer centró todas las miradas antes, durante y después del partido. El de Torrent había probado el martes como teórico ‘9’ titular, pero el paso de las horas y la decisión del club de rehabilitar a Piatti para la causa acabó con sus huesos en el banquillo. Su cara era un poema en los instantes anteriores al arranque del partido. Abnegado y sin ganas de montar jaleo, vio con rostro de circunstancias la primera mitad. Su salida al césped para desnivelar la balanza no pudo salir mejor. Un balón de esos que sólo los delanteros con hambre persiguen hasta las últimas consecuencias dio pie al garrafal error de Belenov, que salió al despeje con la cabeza y acabó desplomándose como un saco de patatas. Paquito, siempre pillo, sólo tuvo que empujarla.

Ver a Alcácer abrazado a otros chavales de la cantera como Fede o Bernat hizo soltar alguna lagrimita a esos fanáticos del fútbol base que viven y respiran el día a día de Paterna. Ese es el objetivo de la Academia GloVal, y estampas como esa deben repetirse más a menudo. Las circunstancias no ayudan y las apreturas son evidentes, pero hay que apostar por la gente de casa. Si a los niños les das cuerda, siempre responderán a la altura de las circunstancias. 

Y si no, siempre nos quedará Belenov: el nuevo amigo de la Peña Los Rusos puso todo de su parte para que Feghouli también dejase su huella en Krasnodar. El argelino lleva meses sin estar al máximo, pero la rehabilitación es el camino para que esas segundas oportunidades se atrapen al vuelo. Todavía no es tarde para él. Aunque en la foto de familia salga algo ‘movido’.

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