¿Me puedes pasar los apuntes?

El 20 de junio escribí en VLC NEWS sobre Adil Rami. Así empezaba mi columna de opinión: “Es un macarra. Rami es un macarra. ¿Qué es un macarra? Según define la Real Academia de la Lengua Española, “un hortera, vulgar y de mal gusto”. Pues eso. A Rami se la sopla el Valencia tanto como el fútbol. Se ríe de todo y de todos pero claro cobrando religiosamente y quejándose de todo. Rami ha sido el gran espejismo del Valencia. Bueno, uno de ellos. Tiene condiciones, pero no cabeza. Además tiene la santa virtud de reírse cuando a nadie le hace gracia el tema y de hablar cuando tendría que callarse”.

No le dedico más letras, aunque es cierto que había formas de evitar este sonrojo y era vendiéndolo, por lo que fuera, y punto. Tema cerrado.

Pero su ‘raje’ del pasado martes tiene su parte positiva. La primera campaña gratuita de publicidad que recibió Amadeo Salvo fue de Soldado, y la segunda ha sido la de Rami. Ni el mejor publicista, oiga. De estar ‘tocado’ hace 10 días, Salvo ahora ha pasado a ser el Cid Campeador. El justiciero, el defensor del espíritu valencianista. Tremendo.

Al final, el fútbol es como la vida: un vaivén de sensaciones, de momentos. Y como en la vida, de la tristeza a la alegría cambias gracias a una llamada de teléfono, a una sonrisa. Y el Valencia ahora está con ganas de sonreír. La suerte le acompaña y todos los nubarrones desaparecen. El Valencia es ahora el joven al que la guapa de clase llama para tomar café. Se siente invencible e incluso chulea con su cita ante la mirada atónita de sus compañeros, que siguen alucinados.

Pero siempre hay un pero. Llega la cita y la chica mona se muestra simpática, divertida, gentil, dulce además se ha vestido mas elegante y guapa que nunca, y cuando el espera quedar para ir al cine o para cenar o para… ella le dice aquello de: «Por cierto, ¿me podrías pasar tus apuntes que me han dicho los compañeros de clase que los haces muy bien?” Desde ese momento, todo se convierte en pesadilla.

Que el Valencia se aplique el cuento y no crea que es suficiente con acudir a la cita. Que las sonrisas no tapen la verdad y que seamos conscientes que esto no ha hecho más que empezar. La belleza se acaba o se minimiza; la amistad, la fidelidad o el respeto, no. Y el Valencia ha salvado un ‘match ball’, con nota alta, pero el partido es muy largo.

 

Carlos Egea (@cegeavivo)

Periodista Canal Nou

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