Tras 5 jornadas, podemos hacer una primera valoración del filial valencianista esta campaña, un equipo que está dejando muy buenas sensaciones en lo que al juego y la propuesta futbolística se refiere, aunque todavía no se haya visto recompensado con resultados, y no ha habido recompensa por diversos factores como la falta de acierto, la fragilidad a balón parado y segundas jugadas, y el alto número de expulsiones, algo polémicas.
Propuesta valiente y ofensiva
Si algo caracteriza al Mestalla de Curro Torres es el atrevimiento y la propuesta ofensiva, que pasa por una presión intensa para recuperar el balón, ofrecimiento interior y buscar abrir el campo con los laterales ofensivos y los extremos. Pero sobretodo hay una premisa innegociable, la salida del balón jugado desde atrás, haciendo participe de esta labor al portero, e incluso arriesgando en esta zona tan delicada.
Pese a que su estilo es ofensivo, no está logrando concretar las ocasiones de gol que genera, pero existe la expectativa de que el gol va a llegar con más asiduidad cuando se afine la puntería y la suerte acompañe un poco más al equipo.
En el plano defensivo el equipo se muestra bien durante casi todo el partido, pero los rivales penalizan casi cada despiste cometido, lo que condiciona mucho los partidos.
Plantilla con más variantes
En estas primeras jornadas se viene observando que el equipo tiene una plantilla más competitiva que en años anteriores, otros años el banquillo aportaba pocas soluciones, y este año es un punto fuerte.
Hemos visto que Curro ha empezado con onces que le ofrecían mucha consistencia en medio campo, juntando a jugadores, que no exentos de buen trato de balón, fisicamente son bastante poderosos, como es el caso de Tropi y Zahibo, acompañados por Carlos Soler, jugador que pone más fútbol en este trivote pero sin renunciar al trabajo defensivo. Pero a este centro del campo le puede dar variantes de otro perfil, como son los dos jugadores de más talento, Fernando Cano y Fran Villalba, que le dan un carácter más ofensivo al equipo, lo que le da a Curro muchas alternativas en función del rival o la situación de partido. Por los costados también tiene muchas variantes, tiene la opción de buscar profundidad y llegar a línea de fondo con Víctor Ruiz en la derecha y Sito en la izquierda, o de buscar diagonales hacia dentro y más sociedad interior y capacidad anotadora con Iban en la derecha y Nacho Gil, jugador más en forma del inicio. Aunque en su 1-4-3-3(esquema que utiliza la escuela en búsqueda de un modelo de club) juega con uno de cada perfil, y en el inicio está apostando por Nacho y Víctor. En cuanto a la delantera, Curro está apostando por Cedric, que viene de hacer 18 goles con el Mallorca B, pero cuenta con las variantes de los juveniles Fran Navarro o Toni Martínez, de distinto perfil también.
Condicionados por las constantes expulsiones
Si hay algo que salta a la vista en estos cinco primeros partidos es la cantidad de expulsiones, cuatro en total, no libres de polémica dadas las imágenes en algunos casos y declaraciones de futbolistas por otro. Nacho Vidal e Iban una vez y Zahibo por partida doble, sobretodo con el francés viene la polémica, la primera la ve por presuntos insultos, según la redacción del acta los hubo, pero el propio jugador lo desmintió en las redes sociales, y la segunda aparentemente por querer zafarse de un rival, la situación se agrava cuando en la siguiente jugada el árbitro no ve una clara agresión a Tropi, y además, al final del partido, el lateral Carlos Akapo subió fotos de heridas y se quejó de que ninguna había sido sancionada con falta, los jugadores están cansados de ser los que más reciben y acabar ellos expulsados.
Está claro que la Segunda B es una liga dura y con gente muy experimentada, pero los árbitros no pueden caer en artimañas para provocar expulsiones y sobretodo deben tratar de proteger el buen fútbol, no dejando que los partidos acaben con dinámicas tan broncas. Tampoco el club se ha quejado, estas situaciones condicionan muchos partidos y hace que te dejes muchos puntos, por lo que poder hablar de ascender a Segunda División suena un poco utópico.
Por Pau Pardo
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