Negredo y Clos Gómez entierran al Valencia en línea de meta

La emotividad del partido se notó desde antes incluso de que los jugadores saltasen al terreno de juego. Paradojas de la vida: mientras los aficionados de la Curva Nord en la grada cantaban aquello de “¡Valverde, quédate!”, el preparador valencianista juntaba a sus jugadores por última vez para desvelarles la verdad. Se marcha. No seguirá. Una noticia que no afectó, al menos inicialmente, al equipo en su salida al terreno de juego.

Mientras todavía resonaban los ecos del sentido homenaje que la afición del Ramón Sánchez Pizjuán realizó al veteranísimo Palop, la bola echó a rodar con mucho en juego para ambas escuadras. El Sevilla, en los minutos iniciales, asustó con una gran acción individual de Negredo que estampó en el pecho de un bien colocado Guaita. El vallecano también apura sus últimas horas en Nervión, y buscaba despedirse con un tanto.

Sin embargo, el primer gesto de agradecimiento a Valverde llegó de la mano de Ever Maximiliano Banega. Un futbolista que, tras cuatro años irregulares, ha encontrado en el ‘Txingurri’ el mentor deportivo que ha sabido sacar lo mejor de él. El extraordinario rendimiento del rosarino en el tramo final de la competición obedece a la confianza que el técnico ha tenido en su juego y en sus posibilidades. Colocarle en su ubicación ideal, al contrario que con otros entrenadores, también ha ayudado lo suyo. Tras un espectacular eslalon entre dos rivales, Banega enganchó un tremendo derechazo que se coló por la escuadra de Palop. Gol de bandera.

El argentino se convirtió por su tanto y por su energía en protagonista del inicio del partido, pero otro ‘jugón’ parecía empeñado en robarle parte de la atención. La primera media hora de Sergio Canales fue primorosa, tanto en su faceta más defensiva como a la hora de arrancar desde el centro del campo con el balón controlado, sorteando camisetas blancas como si fueran conos de obra y lideranzo un contragolpe en el minuto 25 que, por desgracia, no acabó traducido en el segundo tanto. Primero Banega se topó con Palop, y el rechace posterior acabó golpeando el travesaño tras un acrobático remate de Soldado.

Mientras los aficionados más animosos del Sevilla se entretenían en la grada sacando una pancarta reivindicativa –“Esta mierda de temporada equivale a cero”- y gritando lindezas a su presidente como “¡Calvo cabrón!” o “¡Del Nido, vete ya!” –quizá en Valencia no estemos tan locos como se dice en el resto de España-, Banega volvió a liderar una contra que acabó en un penalti como la catedral de Sevilla sobre Roberto Soldado. Clos Gómez, un elemento dañino para la imagen del arbitraje español, no vio el derribo sobre el atacante valencianista.

Sin embargo, el festival del colegiado aragonés no había hecho más que comenzar. El despropósito se hizo mayor apenas instantes después, tras otro empujón a Jonas dentro del área del Sevilla. Luego, el extraordinario gol de chileña de un Álvaro Negredo motivadísimo. Y a continuación, un penalti relativamente claro de Ricardo Costa sobre Perotti: el luso entró cargando según el reglamento, pero el tropezón del argentino con su pierna hizo a Clos señalar el punto de penalti. Negredo transformó el 2-1 y culminó la remontada. Como guinda a tan lamentable pastel, Clos Gómez expulsó a Jonas por un forcejeo que consideró como agresión sobre Alberto Moreno, cuyos revolcones sobre el césped son todo lo contrario a los valores que este deporte se supone que promueve.

El Valencia entró a vestuarios ultrajado y malherido. En inferioridad y aturdido por los dos directos al mentón que el Sevilla y Clos Gómez le habían propinado. Primera decisión de Valverde: arriesgarlo todo. Quitar a Albelda e introducir a Feghouli. El cambio, en primera instancia, funcionó mientras todavía quedaba gasolina en el tanque. Soldado tuvo una de cabeza, y la segunda –tras un enorme centro de Pereira- acabó en las mallas de Palop tras un remate dificilísimo.

Y ahí terminó el sueño, con el empate a dos. Porque Negredo no tuvo que esperar ni sesenta segundos para volver a adelantar a los suyos con un tanto de ‘killer’, de ‘nueve puro’. Un gol similar al que anotaría tres minutos después. Cuatro dianas para un atacante que dejará el Sevilla en verano en busca de prados más verdes. El Valencia no podía bajar los brazos porque su orgullo jamás se lo permitiría, y empezó a buscar recortar diferencias sin energía en las piernas, machacado por la inferioridad injusta provocada por Clos Gómez y tirando mano de Mathieu prácticamente como un atacante más.

Los últimos minutos fueron de pura agonía. El Valencia llegaba a medio campo como el veterano de guerra torturado y golpeado hasta la extenuación. La inferioridad hacía mella. Los jugadores de ataque como Soldado sufrían en sus carnes el esfuerzo extra. Y aún así, al ‘killer’ del Valencia le dio tiempo para obtener premio con un disparo de rabia desde el punto de penalti. Un partido ‘made in Emery’ -por cierto, hacía tiempo que no se veía a un entrenador con la insignia de oro y brillantes de un club celebrar los goles anotados contra dicha entidad de manera tan efusiva- que cayó del bando local. El Valencia no jugará el año que viene la Champions.

 

Ficha técnica

Sevilla FC. Palop, Cicinho (Coke min. 70), Cala, Fernando Navarro, Alberto, Medel, Kondogbia, Rakitic, Navas, Perotti (Stevanovic min. 63), Negredo (Babá min. 87).

Valencia CF. Guaita; Pereira, Ricardo Costa, Mathieu, Cissokho; Albelda (Feghouli min. 46), Banega (Víctor Ruíz min. 79), Parejo; Canales (Viera min. 63), Soldado y Jonas.

Goles

0-1 Banega min. 12; 1-1 Negredo min. 40; 2-1 Negredo min. 42 de penalti; 2-2 Soldado min. 54; 3-2 Negredo min. 55; 4-2 Negredo min. 58; 4-3 Soldado min. 88

Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Mostró cartulina amarilla a Soldado (min. 35), Navarro (min. 39), Ricardo Costa (min. 41), Albelda (min. 42), Joao Pereira (min. 71), Cala (min. 76), Feghouli (min. 88) y expulsó por roja directa a Jonas (min. 44).

Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán

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