Otro domingo ‘made in’ Nadal

Los torneos de Grand Slam se juegan a cinco sets, los Masters 1.000 al mejor de tres y en algunas ocasiones sucede como hoy, que un partido se decide en un sólo set. Con esta sensación se marchó de la pista central en Cincinnati el local John Isner tras perder el que tal vez haya sido el mejor encuentro disputado por su parte.

El ‘gigante’ norteamericano demostró desde el primer juego que sus virtudes no sólo terminan en un poderoso servicio. Isner supo aguantar los largos peloteos con Nadal y hacer valer sus duros golpes desde el fondo de la pista. Pero el español que tenía enfrente está curtido en mil batallas y tampoco se arrugaba, sin darse ninguno de los dos ni una sola opción para rotura de saque. Hasta que llegó el decimosegundo juego del primer set con 6-5 a favor del tenista local.

Nadal sacaba para forzar el ‘tie break’ pero se encontró rápidamente con un 15-40 en contra ante el delirio del público estadounidense, saboreando ya la victoria de su muchacho en el primer set. Pero los genios y las leyendas lo son por algo, y a Rafa Nadal le ha costado demasiado sufrimiento llegar hasta ese estatus como para no lucirlo en numerosas ocasiones. Dos ‘aces’ consecutivos desarbolaron a Isner cuando más presión había y lo encaminó todo hacia un primer y decisivo ‘tie break’.

Isner no acusó el haber desperdiciado dos bolas de set unos minutos antes y siguió forzando la máquina al máximo, pero nada de lo que hacía terminaba de hundir a un Nadal inmenso, que se iba creciendo por momentos ante la desesperación de su rival. Al final éste claudicó tras una primera manga espectacular y jugada de poder a poder.

El ritmo y la intensidad de los juegos bajó en el segundo set, aunque no así la concentración de dos hombres que siguieron haciendo valer sus servicios mientras el público se iba preparando para otro decisivo desempate. A Isner ya no le entraban tantos primeros y su voluntad no era la misma cuando sacaba un Nadal extremadamente concentrado, exprimiéndose al máximo camino de un título más que merecido.

De nuevo otro ‘tie break’ para decidir el ganador del segundo set, que esta vez no tuvo tanta épica. Nadal ya había despedazado tanto física como moralmente a Isner y a éste no le quedó más remedio que, al igual que el público local, rendirse ante la evidencia. El nuevo número 2 del mundo ha vuelto cuando más falta hacía, a una semana del inicio del US Open, al que llega tras su primer título en Cincinnati. Lo dicho, otro domingo con final ‘made in’ Nadal.

Ir arriba