El cónclave tuvo lugar al mediodía en Argentino y tuvo como protagonistas a cuatro figuras: el propio Juan Antonio Pizzi, su agente Ricardo Schlieper, el presidente de San Lorenzo Matías Lammens y el nuevo secretario técnico del Valencia, Roberto Fabián Ayala.
El técnico charló con Lammens a solas y le comunicó –tal y como el Valencia pretendía– su decisión de marcharse de San Lorenzo tras recibir la propuesta del Valencia. Posteriormente a la reunión, que duró una hora, se incorporaron Schlieper y Ayala para hablar de formalismos referentes a la desvinculación contractual del técnico y a los flecos pendientes de su nuevo contrato con el Valencia. La negociación se prolongará durante las próximas horas.
Incendio en el ‘Ciclón’
La decisión de Pizzi cogió por sorpresa a los dirigentes de San Lorenzo. Apenas horas antes, tanto el presidente como su junta directiva creían que la semana que viene se reunirían con Pizzi para planificar la exigente temporada que viene con participación en la Copa Libertadores y la posibilidad de reforzar al equipo en el mercado invernal.
Durante la reunión se vivieron momentos tensos cuando Matías Lammens conoció la decisión de la boca de su propio entrenador. El conjunto bonaerense exige una compensación por la pérdida de su entrenador, que según fuentes cercanas a la negociación podría estar entre los 200.000 y los 300.000 euros. A Pizzi le quedaba un contrato por delante hasta julio de 2015 en el que, según Radio Mitre, debía percibir 1,7 millones de euros.
La furia y el enfado de la cúpula directiva de San Lorenzo se trasladó también a los aficionados ‘cuervos’ en las redes sociales, donde se vertieron críticas furibundas al técnico por la «traición» de dejar San Lorenzo y el hashtag #Pizzirrucho se convirtió en ‘Trend Topic’ en Buenos Aires, en alusión al calificativo peyorativo que el ex técnico del equipo bonaerense, Caruso Lombardi, dedicó a Pizzi el pasado mes de agosto.