El entrenamiento con público antes de Milán lo ganó el Barça con claridad. En un partido sin apenas trascendencia, los de Xavi Pascual demostraron delante de su público más hambre que su eterno rival para lograr una victoria que supone un espaldarazo anímico de cara a la Final Four (85-76). El resultado no reflejó la superioridad catalana, liderada por un Álex Abrines en estado de gracia (20 puntos) que dinamitó el partido en el tercer cuarto.
Mucho pique y pocas cartas mostraron azulgranas y blancos a una semana de la semifinal de Euroliga. El Barcelona dio desde el primer minuto de partido un aviso de lo que sucederá en la capital lombarda: juego físico y duro. Los pívots del equipo catalán se comieron a base de intensidad a los blancos con la dupla formada por Ante Tomic, que anotó 10 puntos en el primer cuarto, y Joey Dorsey, que salió desde el banquillo para atizar a todo lo que pasara por la pintura.
Poco a poco el Real Madrid encontró en un ritmo más alegre, aunque para entonces los locales ya habían establecido una renta cercana a los 10 puntos que se mantuvo hasta el descanso (42-32). El momentum de los merengues se diluyó tras la reanudación a base de triples con un espectacular Abrines, que desquició a un Rudy Fernández que se borró del partido con dos técnicas por protestar. Sin solución posible, Laso tiró la toalla y prefirió velar armas para el viernes.
Papanikolaou tomó el relevo del mallorquín y completó uno de sus mejores partido defendiendo la camiseta del Barça: 18 puntos, 12 rebotes y 28 de valoración. El conjunto culé consiguió una renta de hasta 25 puntos, pero en el tramo final Llull y Mirotic se encargaron de maquillar el resultado final y evitar una humillación antes de la fase final de la máxima competición europea. Allí los dos equipos mostrarán todo en busca de la final.