Jamás una semifinal de Euroliga fue tan desnivelada. El Real Madrid humilló al Barça y lo destrozó en una segunda parte de libro en la que los azulgrana bajaron los brazos ante la manifiesta superioridad blanca (62-100). La máquina de baloncesto engrasada por Pablo Laso aprovechó la situación de descontrol para mandar un recado a toda Europa: esta vez no están dispuestos a dejarse llevar y jugarán la final del domingo ante el Maccabi en Milán como unánimes favoritos.
Dos hombres quieren redimirse de lo que ocurrió el año pasado en Londres por encima del resto. El primero es el MVP de la Euroliga, un Sergio Rodríguez que tuvo el día perfecto de cara al aro con 21 puntos (cuatro triples) y que además obsequió al público con su magia al repartir 6 asistencias. El otro es Nikola Mirotic, en el punto de mira antes de empezar la Final Four por su estado de forma pero que se comió a Lorbek con 19 puntos, 4 rebotes y 8 faltas recibidas.
No hace falta decir que el combate duró poco. Marcelinho Huertas (7 puntos y 6 asistencias) comenzó marcando el tempo del partido a la perfección y dio al Barça las primeras ventajas en el marcador. Sin embargo, en cuanto la defensa blanca apretó al brasileño todo cambió. Xavi Pascual echó en falta al mejor Navarro y no pudo contener la avalancha merengue. Menos todavía con la cantidad de tiros libres errados, en especial de un Ante Tomic superado (16 puntos y 8 rebotes).