Populismo contra realidad

No me gusta el populismo, nunca me gustó. Lleva acompañado algo de prepotencia, de sinrazón. Las masas son muy dirigibles en tiempo de crisis y jugar con sus sentimientos es demasiado fácil. El Valencia está viviendo días importantes, fundamentales. Días que marcaran su futuro y su historia. Entre todos la mataron y ella sola se murió. Ese es el club de sus amores: un moribundo que necesita de un milagro más que de un doctor.

Hace casi diez años perdí a un buen amigo. Cuando salió de la operación le preguntaron al médico si en una clínica mejor tendría opciones. El médico, con dolor pero profesionalidad, dijo: “Mejor ir a Lourdes y rezar”. Pues por el Valencia hay que rezar. Quien quiera, claro. Porque el gran cambio va a a ser pasar la deuda de un sitio a otro. Vamos, cambiar de lugar los muebles del salón y esperar que el nuevo dueño del piso tenga sensibilidad y respeto.

Hoy ustedes están citados a una asamblea que no acabo de entender. Esto, en otros países, es utilizado por los grandes jefes de estado para proclamar sus virtudes y aniquilar al enemigo. Pero, ¿quien es el enemigo? ¿El banco? ¿Los yanquis? ¿Los árabes? No sé, simplemente pregunto en voz alta. ¿Por qué me tengo que fiar más de Amadeo Salvo que del resto? ¿Y… por qué no?

Siguen jugando con ustedes y con sus sentimientos. Y a mí la puesta en escena me parece peligrosa y dictatorial, lo siento. Sé que no es el sentir general, pero me da igual. Hace ya demasiado tiempo que deje de creer en superhéroes y magos.

Creo que Salvo esta quedándose con el envoltorio más que con el regalo. Está desviando la atención para un bien propio. Se siente utilizado y actúa en nombre de la ‘vendetta’. Él sabrá. Quiere un baño de multitudes y una forma de presionar.

Las consecuencias serán malas para el valencianismo, porque volverán a dividirlo. Hay gente que se mueve bien en esas situaciones. A mí me aterrorizan. Porque, además, están entrando al trapo periodistas y medios, lo que hace más marciano si cabe el tema.

Y al final no le damos importancia a lo relevante: que el equipo es un desastre. Está a 15 puntos de la Liga de Campeones. Está a nueve de la Liga Europea. Esta a ocho de descender y los fichajes han sido una castaña. Con cambio de entrenador incluido. Eso es un equipo de fútbol, pero de eso nadie quiere hablar.

 

Carlos Egea (@cegeavivo)

Periodista NOU Radio

 

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