¿Por qué eres tan cruel con nosotros?

La Real Sociedad no tiene piedad ni del Valencia CF ni del valencianismo. No se conformó con poner patas arriba la casa valencianista hace casi un año, rematando su ‘jugarreta’ con otra goleada en su estadio y la apropiación de la plaza Champions en la última jornada. Fue un acto de crueldad intolerable, pero todavía tenía preparado más veneno que ofrecerle al sufridor corazón ‘ché’.

Una poción a base de fútbol y un gran sentido de la urgencia, aprovechando su paseo por el precipicio para sobrevivir a la encerrona que le había preparado el Valencia CF y toda su afición. El lugar estaba listo y engalanado para la ocasión, un renovado Mestalla que hizo las delicias de todos los aficionados que llegaron pronto y vieron su nuevo aspecto interior antes de comenzar el choque. Momentos de felicidad en la previa, los únicos que permitió una Real Sociedad sin corazón, sin sentimientos.

Así que la masa social blanquinegra se marchó a casa con una pregunta en la cabeza: ¿Por qué nos haces tanto daño siempre, Real Sociedad? Es algo difícil de responder, algo que jamás se podrá saber, pero que fue evidente en la noche de hoy sábado. Sólo un rival sin corazón podría arruinar la visita, muy lejana, de la peña ‘Chescandinavia’, llegada desde las tierras nórdicas expresamente para disfrutar de una jornada de emoción valencianista. Pero ellos no fueron los únicos decepcionados, ya que los exteriores del coliseo valencianista dejaron una nutrida presencia de personajes que no quisieron faltar a una nueva cita con el equipo de sus amores, casi un mes después del último cara a cara.

El presidente de la peña ‘Los Rusos’, ex futbolistas como Gaizka Mendieta, Joachim Björklund y Rufete, junto a los ex presidentes habituales que nunca fallan en el palco de Mestalla –Pedro Cortés, Paco Roig y Jaume Ortí-, e incluso VIPS como el tenista Pablo Andújar que hizo una pequeña exhibición tenística, aprovechando el comienzo del Valencia Open 500, asistieron como espectadores de lujo a un nuevo batacazo valencianista, muy doloroso y en el peor momento posible.

Una derrota que llegó en una jornada de euforia e ilusión por ver a un equipo que venía en línea ascendente, hasta que una Real Sociedad implacable le devolvió a la tierra. Los donostiarras liberaron a los fantasmas de nuevo, no de una manera tan brutal como la pasada temporada, pero sí de una forma que provocó volver a ver imágenes más propias de hace un mes. Aficionados pitando y recriminando la actitud de algunos sus jugadores, y más de uno girándose hacia el palco para elevar la voz en contra de un fichaje como Dorlan Pabón. Casualidades de la vida, el colombiano marcó el único gol del Valencia, insuficiente en una noche cien por cien ‘txuri-urdin’. Qué dolor, que injusticia que no respeten ni tan siquiera un partido que iba en memoria de Don Ignacio Eizaguirre, protagonista en los prolegómenos, y que seguro que desde el cielo quiso parar los goles de otro de los equipos de su vida, pidiéndoles clemencia.

No era justo que la fiesta de la afición en su renovado Mestalla acabara de una forma tan cruel. La mayoría se fue a casa antes de tiempo y se perdió el gol valencianista, pero la herida que había abierto la Real Sociedad ya no tenía cura posible. A unos les dolió en el alma, pero a los valientes aficionados visitantes que no pararon de animar durante los 90 minutos la ciudad de Valencia ya es una segunda casa para ellos, una visita obligada de celebración. El lugar en el que, como hace un año, renacieron de sus cenizas. Esta vez no provocaron un terremoto en la capital del Turia, aunque está por ver si no han reabierto la caja de los truenos que Djukic parecía haber enterrado bajo tierra.

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