Quan arriba la nit, jo soc… Oriol

Por fin es el viernes de una semana que empieza a parecerse a algo normal en el Valencia. Gracias a Dios el equipo ya se entrena y, a falta de que se concreten grandes fichajes para la primera plantilla, nos conformaremos con pasar la canícula asistiendo a refuerzos para la escuela, que a fin de cuentas es el futuro. 

Como a falta de pan, buenas son tortas, y pensando ya en el presente, es día para congratularse por el regreso a casa de Rubén Baraja.

Han pasado tres años desde que dejó el club y todavía no entiendo por qué hubo tanta prisa en que colgara las botas. A toro pasado, ya no me cabe duda que en aquella decisión al Pipo le pasaron factura sus relaciones personales y no sólo se tuvo en cuenta su capacidad futbolística. Fue un error que empieza ahora a subsanarse.

Yo, si tuviera 15 ó 16 años y perteneciera al juvenil del Valencia vendría emocionado a entrenar si el que está en la banda, de chándal, es uno de los cinco mejores centrocampistas de la historia del Valencia. Venir a aprender de un maestro es estimulante; aprender de un ídolo es, además, ilusionante

Este verano he tenido una sensación parecida con el caso Albelda. ¿Para qué precipitar el adiós de un futbolista válido? Me he preguntado mil veces. Para mí era un lujo que el club no debía permitirse, y menos cuando está tan ‘pelado’ económicamente y tan necesitado de referentes dentro y fuera del campo. No he visto a la entidad volcada con que su capitán siguiera y supongo que él se habrá percatado.

Imagino que, como suele suceder en estos casos, tendrá que pasar un tiempo prudencial antes de darnos cuenta de que David Albelda podría haber acabado en 2014 o en el 2015, ¿yo que sé?

Poner punto y final en un club nunca es fácil, ni para el interesado, ni para la entidad. Aquí tenemos ejemplos cercanos, ya que encontrar un sustituto para Baraja aún hoy sigue siendo una espinita clavada para el Valencia. Confío en que con Albelda no suceda lo mismo y que Javi Fuego, Oriol Romeu, Dani Parejo y compañía ocupen el hueco que deja el capitán sobre el césped… Fuera de él lo tienen más complicado. Por suerte para el valencianismo, cuando llega la noche vuelve a ser Baraja. Bueno, Baraja y Romeu, que tampoco está mal oiga.

 

David Torres (@DavidCanalNou)

Periodista TVV

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