‘Quid pro quo’

Si la ayudo, Clarice, usted y yo nos turnaremos. ‘Quid pro quo’. Yo le digo cosas, y usted me dice cosas. No sobre este caso, claro. Cosas sobre usted. ‘Quid pro quo’. ¿Si o no? ¿Sí o no, Clarice?

Confieso que el célebre intercambio entre Hannibal Lecter y Clarice Starling me vino inmediatamente a la mente tras consultar a las personas indicadas respecto a la reunión de urgencia en la sede del IVF mantenida este lunes. Tampoco entiendo demasiado que mi cerebro me remitiese a la excelente «El Silencio de los Corderos» para hablar del Valencia. Quizá se deba a la irrupción de algún ‘borrego’ en el panorama que se ha dedicado en los últimos días a insultar y amenazar, no sé…

El caso es que el Valencia y el resto de actores en nuestra particular película de suspense han alcanzado un punto similar a la de la pobre agente Starling. En un momento de máxima tensión, las partes han decidido ponerse de acuerdo en no ponerse de acuerdo. La escalada de mal rollo alcanzó su punto máximo el pasado viernes. Ahora, toca suavizar las posturas. ‘Quid pro quo’.

El oscurantismo que Bankia ha mantenido en todo momento en el proceso para la venta de los créditos que mantiene con el club -decir ‘venta del Valencia’, aunque correcto semánticamente, no es del todo preciso- ha puesto en guardia al resto de las partes, especialmente a un Amadeo Salvo erigido en una suerte de William Wallace valencianí. Una de las cosas que más cabrea al presidente es que Bankia no suelta prenda -ni la ejecuta- respecto a los nombres, número y procedencia de las ofertas que maneja. Su respuesta ha sido, desde el primer momento, cerrar a cal y canto los cajones del club ante las reiteradas peticiones de información para actualizar los datos de una Due Diligence desfasada y que sólo abarca hasta junio del año pasado. El resultado: un bloqueo peligrosísimo para el futuro del club.

Llegados a este punto, el IVF sirvió como lugar para repetir la memorable escena del filme de Jonathan Demme. A esta fecha, es complicado asignar a nadie el siniestro papel del doctor Lecter… y mucho menos, el de la dulce e inocente Clarice. Todos tienen su cuota de muertos en el armario que esconder. Pero el primer paso hacia una solución que no acabe con la capital del Turia chamuscada tras un incendio de proporciones bíblicas se dio con Moragues, Montes, Salvo y Martínez en el mismo cubículo. ‘Quid pro quo’. Yo le digo cosas, y usted me dice cosas. La Fundación recibirá (mucha) más información de la obtenida hasta ahora respecto a las ofertas recibidas por Bankia, y sus dirigentes suavizarán su postura respecto al banco. Salvo, como patrono, conocerá indirectamente el contenido de dichas negociaciones. Quién sabe cuál será su manera de devolver dicha gentileza.

En el juego de sombras en el que nos hemos visto envueltos, nada es verdad ni nada es mentira. Y el cristal con el que los acontecimientos se miran no sirve siquiera para formarnos una opinión ponderada, porque nos falta información. Según parece, la película se prolongará unas semanas más. Quien esto escribe ya les desveló ‘spoilers’ de la trama hace unas semanas. Así es el cine, así es la vida, así es el Valencia: tan predecible como emocionante.

 

Paco Polit (@pacopolit)

VLC NEWS – Deportes

 

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