Salvo quiere blindar el Valencia para Lim

Franco decía a sus ministros que no se metieran en política. Es lo mismo que dice Amadeo Salvo a periodistas afines, socios del Valencia C.F y público en general. «No se metan en política y estén atentos solo a la pelota. Lo del negocio del Valencia es cosa mía». Y así consigue blindar el club para que Peter Lim pueda desembarcar en las mejores condiciones posibles. Así están las cosas en la semana más decisiva de la historia del club.

Salvo manda mensajes a través de sus redes mediáticas y sociales para que quede claro que aquellos que muestran preocupación por quién será el futuro propietario del Valencia C.F. queden desacreditados y reciban de inmediato el castigo popular. Solo hay que admirar a los jugadores, el escudo, los goles y lo bien que lo está haciendo Pizzi. Pan y circo. El tándem Salvo/Lim es la única opción posible para el Valencia CF: eso quiere hacer creer el presidente del Club, mientras la Fundación pone cara de póker.

La atención mediática controlada por Salvo está sólo pendiente de Vargas, Parejo o las alabanzas de Rufete para con Pizzi. ¿Ya se ha olvidado todo el mundo que la semana que viene un equipo como el Valencia puede ser de un chino/australiano qué vete a saber lo que quiere hacer con el club? ¿Pero nadie se acuerda que cada final de mes vence una letra de millones de euros? ¿Nadie se acuerda de la deuda? Bueno. Eso es lo que quiere Salvo y lo que no queremos nosotros. La pelota es importante, pero la pelota no rueda si el Valencia SAD no es viable.

El actual presidente del Valencia bloquea cualquier posibilidad de conseguir información sobre lo que vale el Valencia, sus deudas y sus activos. Imposible. Los datos que enseñaron en la Junta de Accionistas provocarían una denuncia en cualquier sociedad anónima por ocultación de datos a los socios. Salvo blinda la información para que Lim juegue con ventaja.

Hay información sobre salarios, gastos de luz, comisiones y comidas. Pero nada se sabe de los grandes números. ¿Cuál es el valor de los activos inmobiliarios? ¿Cuánto cuesta el aparcamiento en el Nuevo Mestalla? ¿Plazos de revalorización de Porxinos? Sin estos datos no hay nadie que pueda hacer un Plan de Negocio para decidir si le sale a cuenta embarcarse en la compra del Valencia. Estos datos, que se sepa se los han negado a dos fondos de inversión e incluso al propio Alfonso Rus. Salvo sólo se los ha pasado a Lim. Aunque obviamente hay otra manera de conseguirlos y en eso están Bankia y KPMG.

Porque la otra es que Salvo está presionando con sus terminales mediáticas para que Bankia le haga una buena quita a Peter Lim. O que la Generalitat se trague la deuda. Alucinante: si Bankia no hace la quita no son buenos valencianistas. Como si los accionistas de Bankia fueran marcianos, los dineros de la Generalitat fueran gallegos y solo fuera valenciano lo que defiende Salvo.

Dice Salvo que el día 15 es el plazo que se ha marcado Peter Lim para tomar su decisión. ¿Y por qué? Quien debe marcar la decisión son los acreedores. Y también quién deben marcar lo que venden: ¿El crédito? ¿Las acciones? ¿Los activos? Esto debe quedar claro, porque a lo mejor Lim compra  la deuda y el Valencia sigue debiendo tropocientos millones, solo que en lugar de a Bankia se lo debe al de Singapur. ¿Quién ha hecho entonces el negocio?

Así que claridad. Transparencia en la operación de venta. Los datos encima de la mesa para que pueda optar quién quiera y tenga dinero. Y quién considere que lo del Valencia vale la pena por encima del fútbol. Porque además de deportes hay que hablar de dinero. ¿O quién va a pagar las deudas? ¿Salvo? ¡Ja!

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