Salvo: un diamante (en) bruto

Vamos por partes. Su discurso llega, a la gente le engancha y lo que dice cala en el valencianismo. Arranca aplausos sinceros porque es un tipo que transmite y que dice cosas que fascinan. Salvo habla de ganar títulos, de creerse que el Valencia es grande, de que la unión hará al valencianismo invencible, de la cantera como base del éxito… y esas cosas al respetable le encantan.

Primero, porque hacía tiempo que no se escuchaban discursos así por estas latitudes y, segundo, porque lo que dice lo refrenda con hechos. Salvo es un diamante en bruto porque, a poco que pula algunos detalles de sus comparecencias públicas –con lo de Chirivella en su puesta de largo se precipitó, por ejemplo-, y los resultados le avalen, el departamento de comunicación va a tener un aliado imprescindible a la hora de exportar la imagen del club.

Pero también es un poco bruto. Sus decisiones están siendo radicales y fulminantes. Y, aunque los brazos ejecutores se llamen Djukic, Rufete o Cervera, quién lleva el club en la cabeza es el presidente. A él, y sólo a él, hay que apuntarle en el haber que en dos semanas hayan caído tres de los que eran, hasta la fecha, pilares básicos del club: Albelda, Juan Sánchez y Jordi Candel. Viendo cómo se las gasta, ya les anuncio que no van a ser los últimos cambios que haga.

Y yo, si quieren que les diga la verdad, lo de Juan Sánchez y David Albelda no termino de entenderlo, ni de compartirlo. Creo que en sus respectivas áreas eran profesionales de reconocido prestigio y que seguían teniendo hueco en la entidad porque hacían correctamente su trabajo. Si bien es cierto, Amadeo Salvo llegó al club con la intención (jamás escondida) de recortar personal, gastos, de ejecutar cambios y de darle un nuevo impulso a la organización. La gente necesitaba que se aireara el Valencia en todos sus estamentos, desde el Consejo hasta el último departamento y, sólo bajo ese prisma uno puede llegar a comprender decisiones como a las que asistimos.

Por eso, en la afición y en el entorno, quiénes no aplauden esas medidas, al menos las respetamos. Por más rudas o brutas que me parezcan, tanto en el fondo, como a veces en la forma.

 

David Torres (@DavidCanalNou)

Periodista

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