Señor Ilic… ¿hablamos?

Vaya por delante que no tengo la capacidad ni la osadía suficiente para poner en tela de juicio el funcionamiento del cuerpo médico del Valencia ni el sistema escogido para realizar la preparación física de la primera plantilla en pretemporada. Los ideólogos de ambas metodologías son profesionales contrastados que se han formado durante años para desempeñar un cargo de tanta responsabilidad.

No es agradable para un periodista meterse en estos berenjenales. No es lo nuestro. Créanme que hacemos un esfuerzo por realizar análisis lo más asépticos e informativos que podemos. Sin dejar de decir, eso sí, que en las entrañas de la Ciudad Deportiva de Paterna alguien debería ordenar la elaboración de un profundo análisis del estado físico en el que se encuentra el equipo en la primera semana de octubre.

A estas alturas de la temporada, cuando únicamente se han disputado ocho partidos oficiales, un jugador –Joao Pereira- ya ha tenido que parar tres días –ni acudió a entrenar- ante el riesgo de una lesión que se ha terminado produciendo nueve días después. A estas alturas de la temporada, Miroslav Djukic no ha tenido más narices que dejarse fuera de la lista para Krasnodar a dos jugadores básicos como Jonas Gonçalves y Éver Banega. Ambos, en palabras del cuerpo técnico, estaban “al límite” tras la serie de tres partidos ante Sevilla, Granada y Rayo Vallecano. A estas alturas de la temporada, ya se han producido seis lesiones musculares. Hasta de uno de los porteros, Diego Alves, se ha roto. Además de Postiga, Ricardo Costa, Piatti, Paco Alcácer y el mencionado Joao Pereira.

A estas alturas de la temporada, hay futbolistas para los que noventa minutos suponen una eternidad. Es especialmente evidente el caso Pabón. Un jugador que vive de la explosividad y al que le falta ese punto eléctrico que tenía en Monterrey o en el Betis para marcar diferencias. También Canales, aunque el cántabro sale de una lesión prolongada y es lógico que le cueste adaptarse al ritmo de competición.

Ya les decía más arriba que no tenía la intención de realizar juicio de valor alguno respecto a, sobre todo, la preparación física del equipo. Quizá el plan de trabajo se haya realizado para que el estado de forma de los jugadores repunte en la segunda vuelta. También es posible que la plantilla haya pasado de trabajar por debajo de sus posibilidades en el arranque de la Liga –se aburrían entrenando- a realizar un esfuerzo desmesurado conscientes de la exigencia de Mestalla tras el 0-3 ante el Swansea. Seguro que Dejan Ilic –preparador físico de la primera plantilla- tiene una explicación. O varias. No estaría de más que un día se sentara en Paterna y respondiera algunas preguntas. A quien corresponda.

 

Fran Guaita (@FranGuaita)

Cadena Ser

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