La selección española se impuso por 2-0 al combinado dirigido por Trapattoni en el choque disputado en el Yankees Stadium de Nueva York. Un escenario de auténtico lujo que vivió un primer tiempo muy entretenido debido al juego rápido de España, más suelta que hace unos días ante Haití. Iniesta, Silva y Xavi maniobraron entre líneas sin oposición, y David Villa buscó con ahinco un gol para agigantar su leyenda como máximo goleador en la historia de la selección española. Sin embargo, no sería hasta la última media hora de partido, ya metidos de lleno en la segunda mitad, cuando el combinado dirigido por Vicente del Bosque acabaría encarrilando el triunfo.
Soldado se encargó de despejar dudas y, de paso, reivindicar su figura, vilipendiada tras el partido del pasado sábado por los dos balones estrellados en la madera. Un balón tocado por Arbeloa quedó suelto dentro del área y el ‘9’, sin pensárselo, disparó de primeras en un escorzo. Gol de delantero, de asesino.
Minutos después, el valencianista podría haber redondeado su actuación tras un extraordinario pase de Mata entre líneas. No obstante, erró en la definición al tratar de superar al portero irlandés. Un error que podría haber costado caro de haber caído el gol del empate en la siguiente acción. Por fortuna, Casillas demostró su buen estado de forma con dos paradones sensacionales que mantuvieron la portería española a cero.
El próximo domingo, España debuta ante Uruguay en el primer partido de la Copa Confederaciones, que le ha encuadrado en el Grupo B junto al equipo charrúa, Tahití y Nigeria.